Ya era hora. Los estudiantes han vuelto a dar la cara diciéndole fuerte y claro al mundo que en Venezuela no existen garantías para un proceso electoral justo. Basta ver cómo un Nicolás Maduro desvaría una y otra vez en cadena nacional usando la imagen de Chávez muerto con el objetivo de infundir lástima. Igual el chavismo invierte los bienes y dineros de las empresas estatales y alcaldías de todo el país en financiar la campaña oficialista, movilizando gente especialmente de la estatal de petróleos PDVSA (que cuenta con una erogación en nómina de 2.3 millones de empleados).

Los estudiantes están vendiendo caro la caída de la democracia en Venezuela. Los equipos anti-protestas del oficialismo (civiles paramilitares), que inclusive han golpeado y vejado a su propia gente por atreverse a reclamar sus derechos en la vía pública o ante un ministerio, andan armados y con motos suministradas y mantenidas por el mismo partido de gobierno.

Téngase en cuenta, además, que al canal y a los medios radiofónicos del Estado –que no son pocos y deberían pertenecer a todos los venezolanos– no puede acercarse nadie de la oposición con el objetivo de difundir su mensaje de campaña. Igualmente persiste el trabajo sistemático de coacción a la población, empujada a votar por Maduro so pena de perder lo poco que tiene.

Y es que en el proceso de votación aparece previamente registrado el votante. Existe información online de las personas aptas para votar y el chavismo en el poder la coteja con sus nóminas de las empresas públicas, o en misiones o en solicitudes de misiones, y con esa información en sus manos notifica instantáneamente a los comandos de zona para que busquen a las personas y las obliguen a votar (dándoles a entender que no se equivoquen al marcar, porque les van a descubrir por quién lo hicieron). Nadie tiene derecho a quedarse en casa, casi como sucede en Cuba.

Por lo demás, con respecto al CNE, está parcializado y ni siquiera realiza los debidos controles al oficialismo sobre el exceso de propaganda en los medios de comunicación públicos, que, como ya hemos dicho, deberían servir por igual a todos los venezolanos.

Fuente: Neo Club Press (Venezuela)

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