El pasado 3 de febrero, la bancada de diputados del Frente Amplio, encabezada por Susana Pereyra (MPP), envió una carta al Comité Nobel de Noruega en la que manifestaba el deseo de nominar al presidente José Mujica para el Premio Nobel de la Paz 2014.

Mientras tanto, el flamante “candidato” José Mujica, se reunía en La Habana y sin remordimiento alguno, con la delegación del grupo narcoterrorista conocido como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuyos delegados hoy en día se encuentran negociando una supuesta paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, según lo confirmó el pasado lunes su portavoz. “Hubo una reunión de la delegación de paz de las FARC en La Habana con el presidente Mujica”, confirmó el pasado lunes Jorge Torres Victoria alias Pablo Catatumbo, en declaraciones a los medios cubanos.

Catatumbo no precisó en qué momento tuvo lugar el referido encuentro ni sobre qué temas hablaron. Mujica habría aprovechado a reunirse con ellos durante su visita a La Habana para la segunda cumbre de la CELAC. Recordemos que el presidente uruguayo, ex terrorista tupamaro, había manifestado su intención de aprovechar el viaje a Cuba para mantener contacto tanto con representantes de las FARC como con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, quien finalmente no se reunió con Mujica.

No es el primer contacto entre José Mujica y las FARC, el grupo guerrillero que desde el año 1964 roba, secuestra, asesina y viola colombianos con el objetivo de implantar un estado socialista. A finales de junio de 2013 y también en el marco de una visita a Cuba, hubo un encuentro entre los negociadores de las FARC y nuestro actual presidente.

José “Pepe” Mujica conserva  con el paso de los años, una característica muy especial: la capacidad de transformarse. Logro pasar de ser secretario de la Juventud Herrerista en los años 50, a convertirse en guerrillero tupamaro, buscando imponer el modelo soviético cubano en Uruguay por medio de la violencia durante la década de los 60 y los 70. Hoy nos dice ser “El Presidente más pobre del mundo” y vuelve a figurar en los medios internacionales. En esta oportunidad, la cortina no tiene el aroma del humo de la marihuana estatizada, sino el de una supuesta pipa de la paz…

* Felipe Caorsi es Director de Programas de la Fundación HACER en Uruguay.

Fuente: HACER (Uruguay)