El pasado 14 de mayo, dos mil personas se juntaron frente ala Torre Ejecutiva, sede del Poder Ejecutivo Uruguayo, para marchar contra la violencia y la inseguridad imperante. En lo que va del año hubo 144 muertos por violencia, cifra record para un país democrático de 3 millones de personas.

La indiferencia del Presidente y un Ministro del Interior que ha pecado de incapaz, recordemos que su propia esposa fue a la marcha pidiendo más seguridad, vienen generando en la población una sensación de impotencia y descreimiento hacia el gobierno.

Recordemos que hoy están en el poder los líderes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, quienes se levantaron en los años 60 y 70 en contra de las instituciones democráticas para imponer un gobierno inspirado  en el modelo de la “Revolución Cubana” de 1958. Dictadura comunista que aun sigue en el poder de Cuba y con la cual nuestro gobierno actual simpatiza.

En un contexto de bonanza económica que ya lleva 8 años, este gobierno no ha podido solucionar los problemas básicos: la Educación, la Salud y el tema que más preocupa a los uruguayos, la Seguridad.

Que a la izquierda le cuesta reprimir el delito es algo sabido y quizás en este caso sea por su pasado. Tanto el Ministro del Interior Eduardo Bonomi como el Presidente José Mujica han estado implicados en asesinatos a policías y militares en tiempos de democracia. ¿No será esta la razón por la que hoy no tienen la autoridad para dirigir a ambos cuerpos?

Pudimos acceder a la interna del gobierno y nos enteramos de que uno de los proyectos estudiados en estos momentos para combatir la delincuencia, que faculta a la Policíaa tomar medidas represivas sin la anuencia de un juez, fue redactado por el jefe de Policía de Montevideo, Diego Fernández, en su despacho sin la presencia del Ministro del Interior, y este proyecto fue a parar directamente al escritorio del Presidente José Mujica. Esto es una clara violación de las jerarquías de dicho Ministerio.

Sabemos que hoy, como en los 60 hay preocupación en filas de las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Policías. El ejército está siendo llamado a colaborar con la policía para trabajar en las cárceles y patrullaje de la ciudad. Desde filas castrenses ven con malos ojos estas medidas ya que es dicho públicamente por el gobierno que quieren “unas FFAA leales a nuestro modelo” y no ala República.

El “gabinete de seguridad” recientemente formado por el Presidente, Ministros y secretarios viene reuniéndose varias veces al día. Frente a la pregunta, de hoy a la mañana, si Mujica piensa hacer cambios en el gabinete, el primer mandatario respondió, “Esas cosas no se analizan (…) ni se evalúa con nadie. Esa es una decisión personal y que por el momento no pienso adoptar”. Lo cierto es que el Dr. Héctor Lescano, Ministro de Turismo y Deportes de los últimos 7 años y quien ofició de “Primer Ministro” en el gobierno pasado, pidió renuncia siete horas después. Mañana por la mañana la Ministra de Turismo y Deporte será  Lilian Kechichián, quien venía desempeñándose como Viceministra y pertenece al mismo sector político que Lescano.

Lo cierto es que la delincuencia avanza día a día. El narcotráfico de las favelas de Río de Janeiro está asentado en la frontera con Uruguay. Grupos colombianos de “dudosos orígenes” están comprando bancos uruguayos, ya son dos y una financiera, al día de hoy. Ante este panorama de violencia no vemos respuestas firmes del gobierno, la gente pide soluciones. Uruguay no es Venezuela, por más “simpatía ideológica” que exista entre Chavez y Mujica; este último debería de saberlo. Apostamos a la oposición y a la cultura democrática de nuestro pueblo para salir de esta triste situación.  No somos Venezuela.

Fuente: HACER