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Latin America

Opinión: Ronald H. Coase – por Guillermo L. Covernton

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El 2 de Septiembre de 2013, recibimos con profunda pena, pero con gran deferencia, la noticia del fallecimiento del profesor Ronald H. Coase.

El Dr. Coase había nacido en Willensden, Inglaterra, el 29 de diciembre de 1910, en el seno de una familia en la que ambos padres trabajaban en el servicio de correos. De joven padeció algunos problemas físicos en sus piernas, que demoraron algo su educación formal.

Obtuvo su título de grado en la London School of Economics and Political Science en 1932, en donde recibió una fuerte influencia de Sir Arnold Plant. Fue profesor en la Dundee School of Economics and Commerce entre 1932 y 1934. Luego dictó cátedras en la Universidad de Liverpool de 1934 a 1935. Posteriormente volvió a su “Alma Matter” entre 1935 y 1939 y nuevamente desde 1946 a 1951. Fue precisamente en este primer período, exactamente en 1937, cuando publica en“Economica”, el journal de la LSE, uno de sus trabajos más citados: “The Nature of the Firm”.

En este, hace un análisis económico de las reglas y de los costos de las negociaciones, que implica cualquier sistema de asignación de precios. Tema luego abordado también por Oliver Williamson y retomado por él mismo en un famosísimo trabajo de 1960, al que nos referiremos más adelante.

En la década del ´50 se traslada a los EE.UU. en donde se desempeña en la Universidad de Buffalo y posteriormente en el Center for Advanced Studys in the Behavioral Sciences, en la Universidad de Virginia. En esta época publica su “The Federal Communications Commission”, en donde propone la asignación de derechos de propiedad al espectro radioeléctrico, en vez del pago de licencias, como una forma de evitar los problemas de externalidades entre los diferentes usuarios. A partir de 1964 se incorpora al cuerpo docente de la escuela de leyes de la Universidad de Chicago, siendo Clifton R. Musser Professor Emeritus of Economics, y además, editor de la revista Law and Economics, de dicha institución, hasta 1982.

En 1960 publica el que se convertiría en su trabajo más citado y el más difundido de la economía, durante el siglo XX y hasta hoy: “El problema del costo social”. Allí analiza, nuevamente, el costo de los sistemas de asignación de precios y los arreglos sociales y métodos de pago implícitos en ellos. Observando las sinergias que se obtienen en la búsqueda de la reducción de costos de información, desarrollo y de intercambio de bienes entre las distintas divisiones de una empresa, arriba a la conclusión de que los costos de transacciones llevan a decisiones relevantes en estas organizaciones.

Hace un aporte incontestable a los problemas de lo que hoy conocemos como “externalidades”, es decir, acciones que causan efectos en nuestros vecinos y la comunidad. Y ataca la idea de Arthur Pigou de fijar impuestos a las externalidades negativas y subsidios a las positivas. Por el contrario, plantea que, en la medida en que los costos de transacciones sean suficientemente bajos y en que estén claramente asignados los derechos de propiedad, del modo que sea, los individuos, libremente, encontraran soluciones satisfactorias al problema de las externalidades, cuya apreciación  puede ser totalmente subjetiva. Como en el caso del pastor de ganado y del agricultor, que refiere en su texto. Se puede encontrar en esto una fuerte identificación con la teoría del valor de Menger.

En 1988 recibió su título de Doctor Rerum Politicarum H.C., es decir, doctor en Ciencias Políticas, en la Universidad de Colonia. Luego obtuvo  doctorados honorarios de las siguientes universidades: Yale University: (D. So Sc), Doctor en Ciencias Políticas, (1989). Washington University in St Louis: (LLD), Doctor en Leyes, (1991).  University of Dundee: (LLD), Doctor en Leyes, (1992).  University of Buckingham: (D. Sci). Doctor en Ciencias, (1995).  Beloit College: (D. H.L.) Doctor en Ciencias Sociales, (1996),  Universite de Paris I: Doctor, (1996).

En 1991 fue galardonado con el premio que otorga el parlamento sueco, en homenaje a Alfred Nobel, por sus aportes al campo de la economía, en su caso en particular, por: “por su descubrimiento y clarificación de los costos de transacción y los derechos de propiedad, para la estructura organizacional y para el funcionamiento de la economía”.

http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/economic-sciences/laureates/1991/press.html

Su disertación, en ocasión de recibir dicho premio, puede leerse aquí:

http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/economic-sciences/laureates/1991/coase-lecture.html

El Dr. Coase fue un humanista convencido. Para él, la economía era la ciencia en la que las personas se desempeñaban y tomaban decisiones. Claramente, no fue un empirista. Estaba persuadido de que: “El modo en que funciona el sistema económico es complicado. Tiene muchos componentes. Cada componente es en sí mismo un mini-sistema. El modo en que estos mini-sistemas interactúan es muy complejo. Una regresión de datos estadísticos agregados, no nos dicen mucho acerca del modo en que funciona la economía”

Su objetivo académico, a lo largo de su vida, fue enfocarse en los problemas que consideraba más importantes para el desarrollo de la economía: “No pierdan más el tiempo con elucubraciones teóricas acerca de la educación, la familia o los delitos: no son temas nuestros. Además, el bien que les hacemos es sólo parcial, puesto que, sin bien los aspectos económicos son relevantes, no son los únicos y son los menos importantes para esas ciencias. Ocúpense en cambio de la economía real, pero a fondo, no sólo con la mirada estrecha de la lógica económica maximizadora, sino considerando todos los motivos que inciden en las decisiones y hechos económicos”.

Para Coase: “La economía mala o incorrecta es la que he llamado economía de pizarrón. No estudia la economía real del mundo. En cambio, focaliza sus esfuerzos en un mundo imaginario que sólo existe en la mente de los economistas, por ejemplo, el mundo de los costos de transacción cero. Las ideas e imaginaciones son importantísimas en la investigación económica, al igual que en cualquier ciencia. Pero el objeto de estudio debe ser real”.

Ronald Harry Coase fue un profesor dedicado, un economista certero y generoso, una persona de modales académicos impecables y de gran compromiso con la profesión. Todos aquellos que hemos tenido la suerte de poder abordar lo que él llamaba la “Economía correcta”, guardaremos una eterna deuda de gratitud, con sus aportes al conocimiento. Una deuda ciertamente impagable.

En su homenaje, vendría muy bien que releyéramos algunos de sus trabajos más importantes:

http://web.usal.es/~isuarez/teoria_de_la_empresa/la%20naturaleza%20de%20la%20empresa.pdf

http://www.eumed.net/cursecon/textos/coase-costo.pdf

http://www.eumed.net/cursecon/textos/rev45_coase1.pdf

Uno de sus últimos artículos, publicado a la edad de 102 años, se puede consultar aquí:

http://hbr.org/2012/12/saving-economics-from-the-economists/ar/1

Un detalle exhaustivo e todas sus publicaciones puede encontrarse aquí:

http://www.coase.org/coasepublications.htm

Algunas otras opiniones sobre sus trabajos:

http://www.eumed.net/cursecon/colaboraciones/Miro-Coase.htm

Una disertación a sus 99 años:

http://www.law.uchicago.edu/video/coase112309

Entre sus distinciones, merecen mencionarse las siguientes:

Distinguished Fellow, American Economic Association

Honorary Fellow, London School of Economics

Fellow, American Academy of Arts and Sciences

Corresponding Fellow, the British Academy

Membre Titulaire, The European Academy

Fuente: Blog de Guillermo L. Covernton (Argentina)

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