Qué dirá la historia de los líderes latinoamericanos enfilados para fotografiarse con Fidel Castro o con el segundón del régimen cubano, su hermano Raúl. Qué dirá la historia de presidentes que, con su complacencia con esta dictadura totalitaria y brutal, están aceptando la represión política, la cancelación de libertades y el abuso permanente e irrestricto contra los ciudadanos cometidos por este gobierno completamente antidemocrático.

Da vergüenza ver a tanto supuesto demócrata haciéndole la corte a los Castro en Cuba, durante la reciente reunión de la CELAC. Es que acaso estos hombres y mujeres, quizá porque eran solo niños cuando la revolución cubana ocurrió, no saben de los crímenes cometidos desde la toma de poder por Fidel, hace 55 años. Es que acaso nadie les ha contado sobre el famoso “paredón” donde fueron fusilados cientos de hombres por el solo hecho de estar en contra del comunismo que se tomaba a su patria.

Yo no puedo creer que hombres como el presidente colombiano Juan Manuel Santos, o el mexicano Enrique Peña Nieto, no conozcan de los horrores cometidos en las cárceles de Cuba contra los disidentes o enemigo de los Castro, o del trabajo forzado al que fueron sometidos niños y niñas, apenas adolescentes, en los campos de caña, o de las expropiaciones y desapariciones, o de las mentiras permanentes y el desespero del pueblo cubano, de no poder saber la verdad de lo que pasa en el mundo, de haber vivido durante más de medio siglo en la total ignorancia de su propia realidad.

Yo sí les digo, no sé a dónde nos va a llevar esta complacencia con criminales descarados como han sido los Castro. ¿A qué otros dictadores visitarán Ban Ki-moon, secretario de la ONU, y el secretario de la OEA, José Miguel Insulza, para mostrar su “espíritu conciliatorio”? Quizá al dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Un. ¡Por favor… Estos “líderes” son como aquellos que durante el nazismo se emocionaban de tener una foto con Hitler. Dónde están esas vergonzosas fotos hoy. Con seguridad escondidas o destruidas. Y esos personajes que quisieron pactar con Hitler, como el famoso Mariscal Pétain, ¿acaso no murieron avergonzados y despreciados?

Cuando estos ilusos hayan dejado perder las verdaderas democracias que quedan en la región, cuando nuestros países vivan en la zozobra en que se encuentra Venezuela, Argentina, Bolivia o Nicaragua, cuando veamos nuestros derechos y libertades pisoteados, entonces ¿qué diremos?

Hemos sido idiotas útiles. ¿Cómo permitimos que algo así sucediera? Yo les digo como, eligiendo a estos líderes tan condescendientes con gobiernos que mancillan la democracia.

Décadas luchando contra el comunismo, décadas en que miles de hombres y mujeres de todas nuestras naciones dieron sus vidas por defender el derechos a opinar, a diferir, a tener una propiedad, a practicar una religión, en fin, a ser libres y autónomos, para ver hoy a este grupo de líderes encandilados, quizá con posibles negocios en Cuba, adulando al peor de los dictadores. ¡Caramba, es increíble… Ojalá yo viva para ver a la historia condenar tanta demencia y cobardía.

Fuente: El Colombiano (Colombia)