Uno. La Evangeliii Gaudium (Alegría del Evangelio) de Francisco es una exhortación apostólica, no una encíclica. Eso significa que aun siendo un escrito papal importante, por medio del cual el Sumo Pontífice romano ejerce su liderazgo en temas sociales importantes, no constituye un documento doctrinal. Sí es un documento pastoral, que recoge las reflexiones de Francisco luego del Sínodo de Obispos sobre la nueva evangelización que se llevó a cabo en 2012, bajo el pontificado de Benedicto XVI.

Dos. La Evangelii Gaudium es un documento de 50 mil palabras y poco más de 140 páginas. De esas, aproximadamente una decena –solo una decena– aborda el tema de la economía global. La misma decena que ha hecho rebosar de dicha a la izquierda (¿ya ven? Francisco es decididamente de los nuestros), y que ha hecho entrar en pánico a la derecha liberal descreída (¿ya ven? Francisco es decididamente rojo). Yo sugiero a los amigos dAe todo el espectro político que hay que tener sentido de la proporción.

Tres. La Evangelii Gaudium no es un reavivamiento de la teología marxista de la liberación ni nada parecido. No hay en una sola de sus líneas una palabra que sugiera que Francisco es ateo, que suscribe la lucha de clases o el determinismo histórico, o que piensa que la religión es el opio del pueblo. Que Obama, el presidente gringo políticamente correcto, progre y abortista esté entusiasmado con el Papa, no significa que Francisco es de culpar por el uso que de su figura bonachona han hecho oportunistas de toda laya. También es injusto cargarlo con la culpa de la supina ignorancia que el grueso de la prensa secular exhibe sobre el cristianismo en general, y el catolicismo romano en particular.

Cuatro. La Evangelii Gaudium no debe ser interpretada en clave política, pues, de nuevo y a riesgo de parecer machacona, esta exhortación es un documento pastoral, no doctrinal y mucho menos político. Oí decir a un comentarista norteamericano, palabras más palabras menos, que Dios deberá ampararnos a todos ante el Peor Papa Posible que nos ha tocado en suerte, pues Francisco es a la Iglesia católica lo que Obama ha sido a la república estadounidense, es decir, un desastre viviente. Pero no hay tales. Para comenzar, el comentarista en cuestión no es católico, y es evidente su desconocimiento de la doctrina y enseñanzas de la Iglesia a la que dice respetar. Le parece espantoso que a Francisco lo vitoreen izquierdistas y anticristianos, pero la verdad es que es farisaico culpar al Papa por su popularidad, no buscada ni calculada, como lo fue aquella actitud de “lo quieren publicanos y pecadores… debe ser del diablo…si fuese de Dios sabría qué clase de mujerzuela está ungiéndolo con perfume caro y llorando a sus pies”.

Cinco. La Evangelii Gaudium es una proclamación cristológica, no un manifiesto panfletario y menos un ensayo académico con pretensiones de ser usado como lineamiento para políticas públicas. Se centra en un anuncio grandioso de tan sencillo: Jesucristo salva… si se le deja entrar en la propia vida.

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)