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Latin America

Opinión: China ¿la nueva amenaza? – por Ricardo Valenzuela

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chinesetakeout13“Recorriendo ya la segunda década de este nuevo milenio, preocupantes cambios se perfilan en el horizonte económico político internacional.”

Recorriendo ya la segunda década de este nuevo milenio, preocupantes cambios se perfilan en el horizonte económico político internacional, el comunismo, que pensábamos muerto, asoma de nuevo sus tentáculos especialmente en América Latina, los mercados, ante líderes como Obama, han iniciado una retirada. La Unión Europea que tantas esperanzas provocaba como un gran empuje para la economía mundial, se encuentra ahora en estado comatoso.

Sin embargo, aun así los conflictos entre países desarrollados ya no serán armados, ahora se darán en los escenarios económicos, comerciales, financieros y, sobre todo, monetarios. Los enfrentamientos diplomáticos son ahora dirimidos en los mercados globales, las armas más poderosas y amenazantes de los países son ahora sus monedas, sus estrategias militares son ahora sus políticas monetarias, sus espías son ahora financieros.

Al haber desaparecido Rusia como la amenaza y el enemigo clásico de los EU y del mundo libre, ahora otro poderoso enemigo se perfila en el horizonte de esta nueva batalla económico—financiera en la que el mundo entero se prepara para participar. Los últimos meses China ha estado recibiendo elogios por su decisión de no devaluar su moneda. El vice presidente Biden inclusive en su viaje reciente a ese país, elogió dichos esfuerzos en un popular programa de televisión a nivel nacional.

Pero, ¿qué es exactamente lo que China ha hecho o prometido hacer para mantener el valor de su moneda? Al estar afirmando a nivel mundial su política de no devaluar, ha logrado que los tímidos especuladores desaparezcan del escenario. Sin embargo, líderes chinos enviaron un fuerte mensaje hace un par de meses en el sentido de que su economía estaba bajo una fuerte presión debido a la debilidad del Yen Japonés. El Ministro de Finanzas dejó muy claro que si los EU no intervienen en el mercado monetario y China tendrá que dejar su moneda resbalar. El Secretario del Tesoro, quien agresivamente se opone a la intervención gubernamental en dichos mercados, ha tenido que ceder y ha dado la orden de vender dólares y comprar yenes.

Bienvenidos al mundo actual de las relaciones monetarias internacionales: estabilidad monetaria mundial a base de extorsión y de chantaje.

Quien se podría haber imaginado que los esfuerzos de los gobiernos para manipular los mercados cambiarios se hubiera elevado a esos niveles de diplomacia y maromeo. La supuesta disposición de China de utilizar sus casi $600 mil millones de dólares de reservas internacionales para comprar lo suficiente de su unidad monetaria y poder así mantener su paridad, es ahora considerada como una de las más altas responsabilidades, prioridades, y amenazas a nivel mundial. ¿Que tanto le está costando esta estrategia a China? No lo sabemos pero el Presidente Chino se ha estado quejando constantemente de dicho costo. El mensaje para Washington es subliminal pero muy claro, el medidor está prendido y Washington tiene que pagar.

Hemos en estos momentos llegado a un insostenible punto en el que el comportamiento de los mercados financieros internacionales ya no depende de la eficiencia de estos para canalizar el capital privado hacia proyectos de inversión productivos alrededor del mundo, sino de las amenazas a la estabilidad monetaria hechas por políticos calculadores y chantajistas. En la ausencia de un sistema monetario internacional estructurado, manipulación, chantaje, y especulaciones monetarias se ha elevado a ser un arte. Hay que entender que la moneda China no depende de un estricto mecanismo de convertibilidad o de su régimen de disciplina monetaria interna. Depende solo de la voluntad de los políticos chinos de utilizar las reservas de monedas fuertes y oro que han acumulado para comprar sus renminbis en los mercados mundiales, práctica que puede ser muy cara. Por eso el gobierno chino espera ambas, compensación económica y política de la comunidad internacional y particularmente de los EU.

Los líderes de los países industrializados, sin haber propuesto soluciones para establecer un sistema mundial estable de relaciones monetarias, tienen que solo ansiosamente esperar lo que el gobierno chino hará, tal vez tratar de adivinar. Pero es un hecho que China con una economía que crece a un 10% anual y con estrategias similares a las del Japón de antaño, pero con casi diez veces su población, con una balanza comercial que los está inundando de dólares y oro, se ha convertido en una gran amenaza en los mercados monetarios internacionales

Esta es una muy peligrosa estrategia para establecer una estabilidad monetaria mundial. Esto politiza, inclusive personaliza, lo que deberían ser esencialmente decisiones privadas. La unidad de cuenta para establecer el valor de los bienes y servicios intercambiados a través de las fronteras, no debería ser sujeto a las alianzas políticas temporales o a las frágiles relaciones diplomáticas. Ligas enfermizas entre los objetivos económicos y políticos, llevan a débiles compromisos logrados más por trámite que por principio. Ellos son el anatema para las honestas relaciones internacionales en los mercados. ¿Cómo pueden compradores y vendedores racionalmente participar en una arena global dominada por los acuerdos entre políticos, en lugar de una legitima competencia dedicada al comercio privado e internacional? en otras palabras, el mercado.

Más aun, cuando los países ligan la estabilidad monetaria con las relaciones políticas internacionales, debilitan cualquier intento de consistencia intelectual al momento de evaluar las estrategias de los tipos de cambio de otros países. México es un muy buen ejemplo. A finales de Noviembre de 1994, México trató de activar la línea de crédito de $6 mil millones de dólares que la administración de Clinton le había aprobado el año anterior cuando Betsen era Secretario del Tesoro. Pero la Tesorería de los EU, ya sin Betsen al frente, se hizo para atrás negando la solicitud y argumentando que México no estaba listo para seguir sus recomendaciones de devaluar. Ya Pedro Aspe le había comunicado a Salinas sus intenciones de renunciar antes que cambiar la política de un peso ligado fuertemente al dólar. Obviamente había previsto lo que sucedería.

Solo un mes después, el nuevo gobierno de Zedillo decidió seguir el consejo de la Tesorería de Clinton para devaluar el peso con las desastrosas consecuencias que ya todos conocemos. La devaluación del peso envió a México hacia el abismo de la peor crisis económica de la historia moderna. A pesar de eso, tres años después, tratando de evadir responsabilidad, el Secretario del Tesoro estadounidense, Rubin, culpó a la política anterior de liga del peso con el dólar como causante de tal desastre. En el mes de Febrero de ese año, fue aun mas lejos en una comparecencia en el Senado al culpar por la debacle  las “políticas equivocadas” de la administración de Salinas, sin aceptar su responsabilidad al haber dejado suelto al verdugo de México, Tailandia, Indonesia etc. etc. Lawrence Summers, quien presionó a Zedillo y a su nuevo Secretario de Hacienda para cometer la barbaridad.

Los eventos en México son particularmente importantes porque nos demuestran muy claro cómo una decisión política llevó al país casi a la ruina, lo regresó a los niveles de vida de hace 40 años, provocó una crisis internacional y estuvo a punto de provocar la caída de las nuevas y frágiles democracias de América Latina y algunos países de Europa Oriental. Los billones de dólares que se le negaron a México de parte de la Tesorería Keynesiana de Clinton (línea de crédito establecida por Bush I), hubieran sido suficientes para evitar la devaluación que devoró la mitad del PIB mexicano, provocó la quiebra de miles de negocios medianos y pequeños, igual provocó la quiebra de la Banca que ahora le cuesta al país más de $100 mil millones de dólares, la mitad de las reservas internacionales y le dio vida al Fobaproa que aun nos asecha para el sacrificio final.

En el frente asiático, el Sr. Rubin y su ayudante, Lawrence Summers, apoyaron las fatales recetas del FMI de seguir devaluando, siempre produciendo los mismos resultados fatales. El inicio de la debacle en la región fue provocada cuando Tailandia devaluó su moneda, el  Bath. El Gerente General del FMI en aquella época,  Michel Camdessus, confiesa haber presionado a los líderes de dicho país para devaluar, y de esa forma después arrastrar al resto de los tigres que, después de las masacres devaluatorias, quedaron  molachos y, en lugar de rugidos, solo podían producir un desgarrador Y débil miauuuu.

Si los sabios de la administración de Clinton dicen que fue estúpido tanto de parte de México como de Tailandia el tratar de estabilizar sus monedas con el dólar mientras le aplicaban su receta devaluatoria, ¿cómo puede ser entonces admirable que China ahora haga lo mismo? Tal vez la diferencia que ellos ven son las enormes reservas internacionales de China y, sobretodo, que aparentemente están dispuestos a utilizarlas. Pero el que China tenga esas enormes reservas no establece una diferencia fundamental en principios. China está todavía siguiendo una política monetaria de liga de su moneda con el dólar en los mercados monetarios internacionales. El tipo es fijo no porque el dólar y el renminbi sean participantes en un sistema monetario unificado, o porque la convertibilidad cambiaría está garantizada por ley, ni ciertamente porque los fundamentos económicos de China son los mismos que los de los EU— simplemente porque los políticos chinos así lo han decidido y es el arma más poderosa que ahora blanden.  

El tipo de cambio permanecerá estable mientras sirva a los propósitos de China. Hasta el día de hoy Beijing ha exitosamente intimidado a los especuladores aparentemente a un costo razonable. Pero otras naciones—por ejemplo Inglaterra en Septiembre de 1992–perdió sumas de dinero impresionante participando en ese peligroso juego especulativo cuando fue víctima de ese gánster llamado Soros. Los mercados monetarios internacionales no es lugar para amateurs; China se puede convertir en la víctima inconsciente de los sofisticados jugadores que han visto el arribo de un nuevo jugador con la cartera repleta.

Pero aun más peligroso, China podría abandonar su compromiso de estabilidad cambiaría en un deliberado movimiento para ampliar sus oportunidades en este nuevo mercado global. En cualquier caso, el desastre resultante proporcionaría un golpe sumamente grave al mercado financiero internacional, y de esa forma desestabilizar el comercio mundial. Los mercados financieros internacionales han estado histéricos ante la posibilidad de una devaluación china. La economía de Japón sigue de mal en peor, el Yen sigue cayendo en un abismo, el tambaleante Euro se encuentra en la lona y no se va a levantar, es hora de meter orden en los mercados.

Los verdaderos compromisos se expresan con hechos no palabras. Es urgente un genuino compromiso para lograr una estabilidad internacional de parte de los líderes mundiales, que se encuentran preocupados por el peligroso estado de las relaciones monetarias. Es urgente establecer un sistema monetario ordenado y disciplinado para aislarlo de la política y, de esa forma, restablecer los principios del comercio global. La función básica del dinero es la de proveer una referencia confiable de valor—así cualquier sistema nuevo debe incorporar la integridad en su diseño: Una sugerencia; una moneda común e internacional ligada al oro. O ¿es que China ha estado comprando cantidades industriales de oro porque les gusta mucho su color? Cuidado FED, China está armada hasta los dientes.

El continuar con el régimen monetario actual—basado en la retórica, no en reglas claras—es arriesgarnos a futuras debacles económico-financieras como las provocadas por los chicos del FMI a través de sus participaciones en México, Tailandia, Indonesia etc. Es sucumbir a los chantajes de países como China y seriamente perjudicar el proceso de esas naciones que recientemente se han convertido al capitalismo democrático.

Mientras el control de las políticas monetarias permanezca en manos de los burócratas oficiales, el mundo estará en un peligro más grave e inminente que cuando Boris Yeltzin, abotagado de vodka, posaba el dedo en el botón nuclear de la vieja y atrofiada Unión Soviética. O peor, un Echeverría de nuevo en Los Pinos, un López Portillo defendiendo el peso como perro, o tal vez un Peña Nieto atacando frontalmente a la economía mexicana vía sus impuestos pretorianos…..!Cuidado! porque se puede repetir la historia que aconteció en Sonora cuando, Rodolfo Elías Calles, hijo del jefe máximo de la revolución y gobernador en esa triste época,  decidió deportar a los chinos que ya controlaban el estado. Solo que los chinos modernos, además de su poderosa arma monetaria, también tienen armas nucleares.

Fuente: Asuntos Capitales (México)

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