Crean en ustedes mismos. Aprendan a aprender por sí mismos. Es ahí donde tendrán que encontrarse con su propia independencia, solos frente a ustedes, tomándole el pulso a la propia iniciativa y a la propia responsabilidad. Será el momento en que deberán estudiar críticamente lo que tengan delante, analizar los retos que les salgan al paso, comprobar que estudiar es un verbo que siempre hay que conjugar en presente.

Y no dejen que nada, ni siquiera estas consideraciones, menoscaben su optimismo. Estos últimos años los medios han destacado una de las peores crisis vividas en los tiempos recientes. Por recientes me refiero a los últimos cien años; así es que estamos viviendo una época de mucha reflexión y de mucha reacción a lo que nos dicen los medios. No se dejen atrapar por las lamentaciones derrotistas de las personas pesimistas. Esto no es el Apocalipsis. Tomen ya el futuro en sus manos y traten de moldearlo. Actúen. Las noticias solo pueden refe rirse al pasado y ustedes son agentes del futuro. No es que deban ignorar el pasado, pero no miren hacia atrás, porque pueden convertirse en estatuas de sal, como la mujer de Lot, quien se dio vuelta huyendo de Sodoma desobedeciendo un mandato de Dios.

Ustedes, en cambio, están vivos y libres. Vean hacia el futuro. Emprendan. Agradezcan cualquier legado positivo que hayan recibido de sus padres, maestros y amigos. Pero deben crear su propio legado. Crean también. Crean y creen. Esto no es un juego de palabras. Crean en ustedes mismos y en sus posibilidades, y desde esa fe creen todo lo que tengan que crear: para ustedes, para su hijos, para su país, para el mundo. La creatividad se transformará en creación, la creación en riqueza, la riqueza en bienestar. Levanten, frente a la desolación de todos los desolados y los pesimistas, el edificio de su fe en la capacidad creadora del hombre libre. Que sea para todos un estímulo y un faro. Mañana será otro día, pero debe ser otro día mejor.

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)