Los formadores de opinión que no entienden el liberalismo, se han acostumbrado a acusarnos de querer destruir el Estado, pero la verdad es que la gran mayoría de liberales, o libertarios, no somos anarquistas, ni siquiera anarcocapitalistas, y queremos un Estado fuerte en defensa de los derechos individuales. Lo que no queremos es un Estado que invada la actividad privada, sino que la regule, con el fin de que los actores privados cumplan con sus contratos, y en caso de fraude que los tribunales sean eficaces en castigar a los culpables.

En Guatemala tenemos múltiples ejemplos de cómo las actividades públicas han sido corruptas e ineficientes: Guatel, Flomerca, Aviateca, Indeca, INDE, varios bancos estatales, el IGSS y otros tristes ejemplos. ¿Sería el IRTRA tan exitoso en manos de los políticos? Solo un idiota puede seguir con la idea que el Estado haga las actividades que el sector privado puede hacer más eficiente y honestamente.

El Estado por su lado debiera dedicarse a hacer que se respeten los derechos a la vida, libertad y propiedad, pero en nuestra patria estamos muy lejos de lograrlo. El derecho a la vida es muy débil en una sociedad tan violenta como la nuestra, el derecho a la libertad está supeditado a los caprichos de jueces corruptos, y el derecho a la propiedad es muy débil, lo cual tiene como consecuencia la ausencia de oportunidades laborales formales para la mayoría de la población. El derecho de propiedad está continuamente amenazado por invasiones, incluyendo las de las vías públicas, fraude o incumplimiento en los contratos, falsificación de escrituras, terrorismo fiscal, violencia, contrabando y un largo etcétera; es aquí donde más necesitamos un Estado fuerte que respete el derecho a la propiedad y lo haga respetar a los actores privados.

Casi todos los formadores de opinión estamos de acuerdo en que el Estado en Guatemala no cumple con su misión, pero algunos opinan que la razón es que los impuestos son muy bajos, pero la verdad es que nuestras tasas impositivas para las empresas son muy altas y por eso hay tanta informalidad. En nuestra patria la gran mayoría no paga impuestos y sí exigen servicios al gobierno que son financiados con los impuestos que pagamos una minoría. Lo que no dicen los que viven del Estado es que tenemos unos índices de corrupción altísimos, solo superados en la región por los países del ALBA.

Los países que tienen altos índices de desarrollo humano lo han logrado gracias a que tienen los mejores índices de transparencia del mundo, y además tercerizan con el sector privado actividades como educación y salud siempre buscando la eficiencia.

Cuando uno lee los diarios y se entera que no pasa un día sin una noticia de corrupción estatal, no puede dejar de asombrarse ante el hecho que haya personas que todavía quieren más injerencia del gobierno en la vida nacional, idiotas o interesados en mamar de la teta estatal. En el sector privado también hay pícaros, y la tarea del gobierno es llevarlos a la justicia, y no como ha sucedido con algunos bancos en que el fraude hacia los depositantes se realizó con la complicidad de las autoridades.

Fuente: Centro de Estudios Económico- Sociales (Guatemala)