Cual película, esta semana se vio un enfrentamiento entre policías y supuestos narcos en un centro comercial.

La pregunta es si el lugar era el más indicado para intentar ejecutar una orden de captura internacional, en feriado, a mediodía y lleno de gente. Y claro, qué hacía un policía que no se termina de saber qué hacía allí. Mientras se discute que si era esto o aquello —a ver si no resulta luego algo al estilo del “tumbe” de droga en la zona 16—, ya van varias versiones: Que si lo querían agarrar in fraganti, que si un grupo de rivales, que si era ejecutar una orden de captura internacional, etcétera. Total, nada claro. Mientras, lo más probable es que lo sucedido entretenga la atención del guatemalteco y se distraiga la atención de temas en el futuro próximo de gran impacto para el país. Algunos de estos son:

En menos de un mes se debiese de nombrar al presidente del Banco de Guatemala o confirmar a la actual; este nombramiento y los posibles candidatos casi no se ha discutido públicamente.

Se debe recordar que el Banguat es el rector de la política macroeconómica del país y las decisiones que ahí se toman afectan el bolsillo de cada guatemalteco, ya sea en la forma de inflación, tasas de interés, etcétera.

Seguimos sin Contralor General de Cuentas, que se supone tiene el trabajo de contarle las costillas al Gobierno para ver que no se roben el dinero de los contribuyentes y la elección va para largo.

En el Registro Nacional de Personas (Renap) siguen apareciendo sapos y culebras —robos, malversaciones y nombramientos a dedo—. Como esta institución es la encargada de emitir el nuevo documento de identificación de los ciudadanos —y ahí se pueden robar las elecciones emitiendo dobles o triples identificaciones a los mismos—, creo que su importancia es obvia.

Hace poco ha dejado de llover y ya casi no se recuerdan las pérdidas humanas y económicas de las últimas lluvias. Menos se recuerda, o no se quiere discutir, la mala calidad de algunas carreteras y puentes. ¿Y la responsabilidad de los constructores?

Menos todavía se discute la forma en que se asignan la reconstrucción y los proyectos. ¿Quieren mejores carreteras y puentes? Que se construyan en alianzas público-privadas y que el constructor recupere el dinero con la administración de lo construido. ¡A ver si no mejoran las calidades de lo construido!

En fin, la narconovela del Centro Comercial ha sido muy conveniente en este momento para el Gobierno y distrae la atención de otras cuestiones de gran importancia para el país que afectan la institucionalidad y el estado de Derecho.

Fuente: Prensa Libre (Guatemala)