El Procurador de los Derechos Humanos, PDH, se montó la semana pasada en la ola de doble moral contra la Libertad de Expresión que se ha venido gestando desde hace algunos meses para acallar la opinión de algunos —que no de todos—, con lo cual contradice completamente los postulados que supuestamente dice defender. ¡Qué lástima que el procurador tan fácilmente se haya decantado por parcializarse y violar abiertamente los Derechos Humanos! El PDH emitió una resolución en la que responsabiliza a Ricardo Méndez Ruiz de violar los derechos de un grupo de “defensores de los derechos humanos” a través de varios materiales escritos y campos pagados publicados por la “Fundación contra el Terrorismo”. Se le acusa de criminalizar la labor de los denunciantes y de que sus escritos los agreden y los ponen en riesgo. Adicionalmente, se le acusa de fomentar el odio y la confrontación social.

Hasta donde sé, las acusaciones de Méndez Ruiz, en sus columnas y en las publicaciones de la Fundación contra el Terrorismo, han girado principalmente sobre las actuaciones dentro de la guerrilla de algunos de los que ahora están involucrados en los grupos de “defensores de los derechos humanos”. Eso no dista en nada, y de hecho diría que palidece, ante acusaciones similares que muchos de los ahora ofendidos han hecho durante bastantes años, de distintas maneras y con lenguaje mucho peor en contra de personas que combatieron a la guerrilla en esa misma época.

Para información del PDH, si algunos se han especializado en “fomentar el odio y la confrontación social” son precisamente muchos de los que ahora se quejan de estar recibiendo una cucharada de su propia medicina. Que usted no se haya percatado de ello, o que simplemente se haya hecho de la vista gorda, no justifica para nada la parcialidad que ha demostrado.

Pero lo más importante y dañino es el precedente que establece en contra de la libertad de expresión. Esa libertad de expresión que ahora más que nunca está siendo atacada por aquellos que les gustaría actuar impunemente sin que alguien se atreva a sacar a luz sus andanzas. Esa libertad de expresión defendida por nuestra Constitución y sin la cual estaríamos condenados a caer bajo cualquier dictadura. Esa libertad de expresión que han utilizado muchos de los denunciantes para hacer lo mismo que ahora condenan.

Esa libertad de expresión que usted, como PDH, debería proteger a capa y espada a sabiendas de que es la principal defensa que los ciudadanos tienen contra la tiranía y los abusos de los gobernantes.

Es obvio que usted ya se subió al carro de la doble moral en la que la libertad de expresión es buena para todos los que hablan a mi favor, pero un riesgo que debe ser condenado y eliminado para todos aquellos que están en mi contra. ¡Qué lamentable!

Si alguien se siente ofendido por alguna publicación, hay mecanismos establecidos en la ley para zanjar esas diferencias. De hecho, el mismo Méndez Ruiz ha dicho públicamente que quien se sienta ofendido, que lo demande, pero hasta la fecha nadie lo ha hecho. ¿Por qué no los conminó a hacerlo en lugar de tomar partido?

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)