El mal llamado Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado en Guatemala siempre está desbalanceado, por lo que debería más bien llamarse mal-supuesto. Los políticos siempre gastarán más de lo que les ingresa, porque mientras más dinero tengan a su alcance, mayores serán sus posibilidades de que una parte vaya a parar a sus bolsillos. Los tributarios estamos amolados, los incentivos que tienen los políticos están en nuestra contra. Cualquier persona sabe que su presupuesto tiene que ser, idealmente, superavitario, es decir, que sus ingresos sean mayores que sus gastos. Esta es la única forma de prosperar en el largo plazo. La mayoría, sin embargo, a lo más que aspiran es a tenerlo balanceado. En el peor de los casos, su presupuesto será deficitario, lo que implicará que sus gastos sean mayores que sus ingresos. La diferencia tiene que salir de alguna parte, que generalmente es de deudas. Sin embargo, las personas no pueden vivir toda la vida con presupuestos deficitarios. Tarde o temprano se les acabarán las fuentes de financiamiento y, sea por las buenas o por las malas, deberán apretarse el cinturón, reducir sus gastos y pagar sus deudas.

¿Por qué debería ser distinto para los gobernantes? A juzgar por la evidencia, pareciera que a ellos no les aplican las mismas reglas. La última vez que hubo un presupuesto superavitario en Guatemala creo que fue en el tiempo de Ubico. De allí para acá, todos los políticos han gastado más dinero del que les ha ingresado. Pero no es que les apliquen reglas distintas. Lo que pasa es que ellos tienen en perspectiva su propio largo plazo y saben que tienen uno muy corto —sus cuatro años de gestión— para asegurar el resto de sus días. Así que no les importa endeudar hasta el infinito a los tributarios, porque son ellos quienes más se van a beneficiar del mal ajeno.

De allí que tengan el descaro de presentar mal-supuestos como el que quieren que se apruebe para el año entrante, por más de Q70 mil millones, con un déficit de por lo menos Q20 mil millones. Ya sé que van a decir que el déficit no es tanto, que “solo” será como de Q14 mil millones, pero aquí es donde viene la segunda parte del mal-supuesto: no solo nos clavan de entrada, planificando deficitariamente, sino que además yerran de lo lindo en sus cálculos.

Para muestra un botón. En el mal-supuesto de este año se les repitió hasta la saciedad que los ingresos tributarios estaban sobredimensionados; sin embargo, se mantuvieron montados en su macho hasta el punto de despedir al superintendente de la SAT porque este les dijo que este año a lo sumo se podrían recaudar Q47 mil 250 millones. Ahora reconocen que recaudarán aproximadamente Q47 mil 109 millones. El anterior superintendente estaba en lo correcto, mientras que los de Finanzas, el Ejecutivo y el Congreso estaban completamente equivocados.

¿Aprendieron la lección? Para nada. Ahora presentan un mal-supuesto en el que se fumaron que van a quitarles a los tributarios Q9 mil millones más de lo que nos quitaron este año. ¿En qué cabeza cabe? En la de los políticos que saben que mientras más nos quiten, más tendrán para engordar sus cuentas bancarias. ¿Nos vamos a dejar?

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)