Explica Ludwig von Mises en su seminal y monumental obra La Acción Humana, el significado de laissez faire como una acción del “hombre común para que elija y actúe; que no tenga, en definitiva, que doblegarse ante ningún tirano”.

Y es que como Mises explica, los críticos de esta idea que nace de los intelectuales de Francia en el Siglo XVIII, abarcaban desde los estatistas más recalcitrantes hasta los dirigistas racionalistas, pasando por toda la gama de socialistas “planificadores centralistas”.

Como en Guatemala estamos frente a un estatismo cada vez más infeccioso, y como muchos comparten esa errónea forma de pensar –por supuesto que la comparten y por eso son ellas y ellos quienes aspiran llegar al poder, o lo ejercen desde alguna ONG “defensora” de alguna causa– es importante acudir entonces a la advertencia de que detrás de cada crítico de laissez faire se esconde un tirano solapado de bondadoso, de alma traslúcida, de angelical manto de santidad y solidaridad, pero que en el fondo es un socialista dirigista que desprecia la acción humana, la cooperación social, y todos los Valores que respeten la Libertad individual.

Por eso, primero tuvieron que ponerle una condena a la idea de laissez faire, laissez passer a tal punto que la asociaron, como explica Mises, con “depravación moral”, apelando, oh paradoja, no a la “razón”, la que tanto argumentan ellos, sino a la emoción. Clásico de los socialistas por no tener argumentos sólidos.

Dice Mises: “Los encendidos elogios a las excelencias de la acción estatal difícilmente ocultan la autodivinización del dirigista. El gran dios estatal lo es tan solo en razón a que cada defensor del intervencionismo imagina que la deidad pública hará exclusivamente lo que él aspira a ver realizado”.

Nótese aquí la arrogancia de los socialistas dirigistas, sí, de esas y esos que hacen “planes”, establecen “canastas básicas”, salarios mínimos, políticas “públicas” de esto y lo otro, que intervienen el Mercado a su antojo, o ponen trabas a la producción, a la inversión, o a la importación, todo en nombre del “plan”, ah sí, que en sus “mentes superiores” crearon porque consideran que usted y yo somos una partida de estúpidos que necesitamos de la iluminación de ellos.

Sí, todo socialista es en esencia un tirano que odia la Libertad individual.

El socialista, que por principio detesta la Propiedad Privada y la Libertad Individual, es deshonesto (no muestra su corazón de tirano), es inmoral (porque elige “su” bien pero destruyendo el de los otros), es antieconómico (porque con su “plancito” y su dirigismo obstaculiza la eficiencia de la cooperación social sin coerción ni privilegios).

Mises cita el ejemplo de Harold Laski, un expresidente del Partido Laborista inglés, quien determinaba en su omnisciencia las necesidades de cada ciudadano. Este, además de tirano se creía “dios”.

Laissez faire es defender nuestra Libertad frente a la omnipotencia gubernamental. (Mises termina este capítulo, el XXVII, con un apartado titulado “De la Corrupción”. Ya entenderá usted por qué).

Los socialistas además de tiranos son corruptos y generan corrupción.

Fuente: Centro de Estudios Económico Sociales (Guatemala)