// you’re reading...

United States

EEUU: Neoproteccionismo – por Manuel Suárez Mier

Compartir esta publicación:

El Presidente Barack Obama afirmó la semana pasada ante el Congreso de su país: “Necesitamos…la autorización para promover comercio de manera bipartidista para proteger a nuestros trabajadores, nuestro medio ambiente y abrir nuevos mercados para nuevos productos con el sello Hecho en EU.”

Justo al día siguiente el líder del Senado Harry Read (demócrata de Nevada), correligionario y supuesto aliado de Obama, dijo estar en contra de otorgar la autorización solicitada por el Ejecutivo para negociar tratados comerciales, antes conocida como “fast-track,” lo que pone en duda la estrategia comercial de ese país.

Este rechazo tajante de Read a la petición de su Presidente resulta una pésima noticia para las negociaciones comerciales que están ocurriendo con la participación de EU: la Alianza Transpacífica y la Alianza Comercial y de Inversión Transatlántica (TPP y TTIP, respectivamente, por sus siglas en inglés).

La autorización del Congreso para que el Ejecutivo negocie acuerdos comerciales, limitándose solo a votar a favor o en contra del convenio cuando esté listo, es crucial para darle credibilidad a los negociadores de EU frente a los de otros países de que éstos no tendrán que renegociar con cada uno de los 435 diputados y 100 senadores.

Las negociaciones del TPP, que en apariencia están cercanas a concluir, han sido objeto de alarmistas ataques por la misma coalición de proteccionistas que se opuso a la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hace dos décadas, y que ahora cuentan con el apoyo irrestricto del líder de los senadores.

En realidad, TPP más que un convenio comercial es una estrategia para forzar a China, que no es parte de esta negociación, a abandonar su modelo mercantilista de generar enormes superávits comerciales y acumular reservas internacionales de divisas aparentemente sin límite, y transitar a una economía más abierta.

Otra prioridad del TPP es abrir segmentos de la economía japonesa que siguen cerrados a piedra y lodo, como sus sectores agrícola y de servicios. Si bien Malasia y Vietnam son países de mano de obra barata, lo probabilidad de que generen una pérdida de empleos en EU es tan remota como lo fue con México en el TLCAN.
Pero los enemigos del libre comercio siguen inventando que el TLCAN ha tenido “consecuencias devastadoras en el empleo y los ingresos de los estadounidenses” al generar déficits comerciales en EU con Canadá y México por 181 mil millones de dólares en 2012, como afirmó el exdiputado y archienemigo del TLCAN David Bonior.

Al déficit anterior hay que restarle 101 mil millones de dólares de importaciones de petróleo de Canadá y México, cuyo tratamiento no cambió con la firma del TLCAN, y 90 mil millones de mercancías que ingresaron a EU provenientes de otros países y fueron reexportadas a México y Canadá, y que generan pingües ganancias en EU.

Lo que haga Obama para restablecer su autoridad entre sus correligionarios en el Congreso e imponer la disciplina partidista necesaria para la aprobación del “fast-track,” definirá en forma crucial su legado en materia económica y comercial.

En caso de fracasar, la tensión dinámica entre quienes favorecen al libre comercio frente a los proteccionistas, puede cambiar en favor de los segundos con consecuencias incalculablemente peligrosas. Hay que recordar que la tarifa proteccionista Smoot-Hawley adoptada por EU en 1930, acabó de sumir a ese país en la Gran Depresión y resultó en el colapso de sus exportaciones en 85% en 1931.

Obama haría bien en estudiar lo que hizo su antecesor Bill Clinton que no sólo siguió la negociación del TLCAN iniciada por George Bush padre, cuando accedió a la Presidencia en 1992, enfrentando una oposición similar del liderazgo de su partido en la Cámara de Diputados, a la sazón en manos de dos proteccionistas extremos: Richard Gephart y el ya mencionado Bonior.

Clinton cabildeó incansablemente para conseguir los suficientes votos de su propio partido y creó una unidad de cabildeo en la Casa Blanca que resultó muy efectiva para alcanzar el mínimo necesario, que sumado a una sólida mayoría de los republicanos, resultó en un voto de 234 a favor frente a 200 en contra.

¿Qué explica la actitud de Read? Primero, la debilidad de Obama, que no se ha distinguido por trabajar su relación con el Legislativo. Y también porque piensa que se podría perder la mayoría Demócrata en el Senado en las elecciones de noviembre próximo de no contar con el apoyo y dinero de sus aliados: una izquierda neciamente proteccionista compuesta de sindicatos, ecologistas y similares.

Fuente:  Asuntos Capitales (México)

(Total: 29 - Today: 1 )

Discussion

No comments for “EEUU: Neoproteccionismo – por Manuel Suárez Mier”

Post a comment

Connect to HACER.ORG

FB Group

RECOMMENDED BOOKS

Support HACER today!

HACER is a tax-exempt organization under Section 501 (c)(3) of the Internal Revenue Code, our supporters will find their donations to be tax-deductible. Donate online now!