// you’re reading...

United States

EEUU: La banca central de los Estados Unidos – por Manuel Suárez Mier

Compartir esta publicación:

fed13Aludiendo a mi columna de la semana pasada (La sucesión en el Fed), un estimado lector me preguntó por qué los estadounidenses le pusieron un nombre tan rebuscado y cómo fue que se tardaron tanto en fundar su banco central, considerando que en su madre patria el banco de Inglaterra se remonta a 1694.

El Fed es el tercer intento, y a juzgar por el siglo que cumplirá en diciembre próximo, el definitivo, de crear un banco central en los Estados Unidos. El genio financiero y primer secretario del Tesoro Alexander Hamilton propuso crear el Banco de los Estados Unidos (BUS, por sus siglas en inglés), y fue aprobado por el Congreso en 1791.

Conseguir el apoyo del primer Congreso de los Estados Unidos en el recién creado gobierno federal de ese país fue difícil. La principal oposición provino de un poderoso grupo político de los estados sureños, con Thomas Jefferson a la cabeza, con un odio irracional a los bancos y que proponían como su proyecto político una sociedad rural de granjeros.

Hamilton logró conseguir el voto de legisladores opuestos a sus planes económicos, que además de crear el BUS incluían la creación de un sistema financiero moderno capaz de manejar la deuda pública eficazmente, fue ofreciendo que la capital del país se trasladaría de Nueva York a Filadelfia por diez años y de allí a la vera del río Potomac, de donde eran originarios Jefferson y el propio Presidente Washington.

El problema fue que el Congreso autorizó al BUS por sólo veinte años, y al cumplirse fue disuelto por decisión del Congreso, lleno de los enemigos históricos del banco central e interesados en llevar el negocio a sus estados pues habían proliferado los bancos comerciales por todo el país que querían los depósitos del banco central.

La desaparición del BUS justo cuando los Estados Unidos estaban por iniciar un nuevo conflicto bélico con Inglaterra, fue particularmente inoportuna pues privaba al gobierno de su agente financiero y del mecanismo para colocar su deuda, que creció más de 160% entre 1812 y 1815, para sufragar un gasto público en expansión por la guerra.

Otros problemas derivados de la ausencia del banco central se manifestaron pronto: el gobierno perdió su único instrumento para regular la banca y el crédito; los bancos privados empezaron a emitir su propio dinero, en muchos casos sin ningún control, por lo que su valor y aceptación eran aleatorios y volátiles; la liquidez variaba enormemente por regiones, generando así presiones inflacionarias o deflacionarias.

Cuatro años de caos financiero y de quiebras frecuentes de bancos comerciales convencieron al Congreso y al Presidente James Madison, aliado de Jefferson y enemigo del banco central, de recrear ésa vital institución. Así, en 1816 se funda el Segundo Banco de los Estados Unidos (BUS-2), de nuevo por veinte años.

Uno de los problemas que tuvo el BUS-2 en sus inicios, que se manifestaron en graves tropiezos en su operación, fue conseguir personal competente para su manejo, pues la profesión de banquero central no se improvisa fácilmente y quienes habían laborado en el anterior banco, estaban en su mayoría dedicados a otros menesteres.

Cuando el segundo banco central ya estaba operando con eficacia, con sucursales por todo el territorio, se reinicia el debate sobre su renovación en 1836, pero para entonces había llegado a la presidencia el general Andrew Jackson, populista que no entendía nada de asuntos financieros pero que albergaba un odio profundo hacia el crédito, la deuda y el BUS-2, que cierra sus puertas en 1836.

Jackson se había propuesto eliminar toda la deuda pública de los Estados Unidos, lo que consigue en 1835, pero al retirar los fondos del BUS-2 y colocarlos en bancos privados regionales, éstos desatan una gigantesca expansión crediticia ante la falta de mecanismos de control, lo que a su vez genera una enorme burbuja en los precios de bienes raíces.

Cuando Jackson se da cuenta del delirio especulativo que generó la expansión del crédito bancario para comprar terrenos del gobierno en el territorio de la Luisiana, adquirido de Francia unos años antes, decide ponerle un alto y, sin consultar al Congreso, ordena que sólo se acepte oro o plata en la venta de terrenos públicos.

Previsiblemente esta medida acabó abruptamente con la especulación pero también con el crédito: las tasas de interés se dispararon, numerosos bancos quebraron, culminando en la más profunda recesión que habían sufrido los Estados Unidos, con altísimo desempleo y deflación generalizada, crisis que habría de durar una década.

La semana próxima seguiré con las aventuras de la banca central en Estados Unidos.

Fuente: Asuntos Capitales (México)

(Total: 134 - Today: 1 )

Discussion

No comments for “EEUU: La banca central de los Estados Unidos – por Manuel Suárez Mier”

Post a comment

Connect to HACER.ORG

FB Group

RECOMMENDED BOOKS

Support HACER today!

HACER is a tax-exempt organization under Section 501 (c)(3) of the Internal Revenue Code, our supporters will find their donations to be tax-deductible. Donate online now!