Guillermo Fariñas Hernández en Cuba.

El martirio resulta lamentable, pero, en ocasiones, es necesario. A través de la historia de la humanidad queda demostrado que los seres humanos están dispuestos a convertirse en mártires cuando luchan por causas justas, especialmente para enfrentarse a los tiranos que abusan del poder político y gobiernan de manera despótica, sin límites legales y, generalmente, de forma corrupta y cruel. Por ello, todo sacrificio al combatir regímenes oprobiosos como los de Fidel Castro, Hugo Chávez o Rafael Correa tienen un significado trascendental por la busca de un destino de superación intelectual y material para los ciudadanos de países como Cuba, Venezuela o Ecuador. Y si la ofrenda de nuestras vidas es indispensable para conseguir la libertad de las mayorías que tienen conculcados sus derechos, entonces recibamos el martirio inspirados en la auténtica devoción cristiana, si es que de esta forma arrancamos la costra tiránica que se aferra al poder y así arrancarla del cuerpo social al que se encuentra adherida de forma demencial y oportunista.

En estos momentos, Guillermo Fariñas Hernández, psicólogo y periodista cubano, se ha convertido en figura emblemática de la oposición al totalitarismo de Castro, representando con su huelga de hambre la resistencia de un pueblo que ha soportado 51 años de opresión, cuyo resultado se refleja no solo en los despojos a los ciudadanos de sus derechos civiles y políticos, sino también que en ese lapso el desabastecimiento hasta de lo indispensable se convirtió en sistema de vida; el tema vivienda lo solucionaron con el hacinamiento con que  el gobierno obliga a los habitantes de la tierra de José Martí; la educación se concentra en el adoctrinamiento de tesis que están sepultadas por inicuas desde hace décadas, y,el sistema de salud no ha de ser tan exitoso cuando los esbirros de la isla tuvieron que recurrir a un médico importado desde España para que rescate de la inminente muerte al todopoderoso líder, porque los “especialistas” isleños no daban pie con bola.

En Venezuela, el verdugo de su país  e imitador de las prácticas castristas se enfrenta con múltiples ejemplos de valerosos ciudadanos, encabezados por la intrépida juventud, que emprendieron variadas luchas cívicas que han arrojado muchas víctimas, pero que darán como resultado la derrota del patán Chávez en las próximas elecciones legislativas de Septiembre, con lo que se podrá iniciar la fiscalización por los miles de millones de dólares de la riqueza hidrocarburífera, que se ha esfumado al ritmo de la corrupción fiscal, amparada por la impunidad de las autoridades de gobierno.

En el Ecuador, con un Presidente  emulador de Chávez y fanático del “Che” Guevara, estamos dispuestos al sacrifico inspirados en el ejemplo de rebeldía de las organizaciones libres y de todos quienes ya se cansaron de tanta farsa, convertidos en víctimas de la megalomanía de un insensato.

Fuente: HACER