Un video titulado “Los inventos cubanos tras 30 años de aislamiento” comenzó a circular por internet. Consiste en un elogio del bricolaje y los dispositivos procedentes de Cuba, y realizados con piezas tecnológicas antiguas y cuasi obsoletas.

En unos pocos minutos el artista Ernesto Oroza narra cómo pasó años recorriendo la isla en busca de soluciones de baja tecnología, inventos, publicaciones y conocimientos que llevan circulando desde los años 60. Él lo llama “desobediencia tecnológica”.

Un ejemplo es una pequeña pieza electrónica que, enchufada a la red eléctrica, permite recargar las pilas no-recargables de relojes y aparatos para sordos. Otros, cuenta, son muy reconocibles en la isla, como las antenas-bandeja (hechas de bandejas metálicas recortadas), las bicicletas con motor o los ventiladores mil veces reparados.

Además explica cómo, durante aquellos años, el gobierno editaba libros y revistas que recopilaban todo tipo de consejos prácticos sobre cómo reparar aparatos, reutilizarlos y sacarles mayor partido. Algunas de las soluciones que la gente encontraba eran bastante estándar, como «partir por la mitad» un aparato que era a la vez lavadora y secadora para aprovechar la lavadora y reciclar el motor de la secadora (que además tendía a romperse).

Fuente: Buen Diario (Argentina)

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