El Presidente Sebastián Piñera se reunió con la líder del grupo disidente cubano “Damas de Blanco”, convirtiéndose así en el único mandatario que lo hizo durante la II Cumbre de la CELAC.

Estaba atardeciendo en La Habana cuando el Presidente Sebastián Piñera, después de haber participado en la clausura de la II Cumbre de la Celac, se trasladó hasta una residencia privada de ese país, donde lo esperaba Berta Soler, fundadora del grupo Damas de Blanco, una asociación de aproximadamente 300 mujeres de familiares de presos políticos que reclaman por la libertad y la democracia de la isla, y que incluso obtuvo el Premio Andréi Sájarov por la Libertad de Conciencia en 2005.

Piñera, acompañado de los ministros Cristián Larroulet (Segpres) y Alfredo Moreno (RR.EE.) saludó cordialmente a Soler, quien le agradeció por el encuentro, ya que fue el único Jefe de Estado de América Latina y el Caribe que se entrevistó con ella en el marco de la cita internacional.

Esto, porque -según aseguraron en el Ejecutivo- el gobierno cubano normalmente no permite que los presidentes que van de visita al país se reúnan con la disidencia, pero en este caso habría sido el propio Piñera quien habría insistido en la idea. Sin perjuicio de ello, la líder disidente sí se ha reunido con otros mandatarios, pero siempre fuera de la isla. Ese fue el caso con Barack Obama, quien tuvo una cita con ella en Miami.

De esa manera, el ministro Larroulet -quien había arribado a la isla el lunes pasado-gestó el encuentro que duró casi una hora, y en el que, según comentaron en el Ejecutivo, Soler le explicó al Mandatario su visión sobre los derechos humanos en Cuba, le comentó acerca de la organización de la agrupación y le aseguró que aún existen presos políticos en ese país, y que a pesar de que en La Habana ya no hostigan tanto sus manifestaciones -como sí habría sucedido en el pasado-, en otras ciudades del país lo siguen haciendo.

Además, la líder disidente le mencionó al Jefe de Estado que llevan 568 domingos caminando por la Quinta Avenida de La Habana, para lograr su propósito de liberar a los presos políticos de su país y pelear por la libertad y la democracia, y le relató las dificultades que tenían con el régimen liderado por Raúl Castro.

Piñera -sostuvieron- siguió la conversación atento, e incluso, fue tomando notas.

Según comentaron en el Gobierno, a todas luces el tema le interesaba al Mandatario, ya que, incluso, en su presentación en la Cumbre de la Celac había enfatizado en la defensa de los derechos humanos y en la necesidad de avanzar en libertad para consolidar la integración y el progreso de América Latina (ver nota relacionada).

En el Ejecutivo explican que Piñera mantuvo la cita en estricta reserva. De hecho, agregan, ni siquiera lo comentó con Bachelet, quien lo acompañó a Cuba y participó en gran parte de las reuniones bilaterales que sostuvo con otros Mandatarios.

Reunión con arzobispo Ortega

En tanto, Piñera también se reunió en Cuba con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, quien ha sido reconocido como un mediador entre el régimen y la disidencia. De hecho, en 2010 colaboró cuando, en representación de la disidencia, levantó su voz para que Raúl Castro liberara a 125 presos políticos.

La cita -que fue la primera actividad que el Presidente tuvo en La Habana- también fue gestada por el ministro Larroulet, quien se había reunido el lunes con el arzobispo.

En La Moneda aseguraron que Piñera le preguntó sobre su visión del régimen cubano, su análisis de la situación de la libertad de culto en el país, y sobre las posibilidades que tiene la Iglesia de participar en áreas educacionales y sociales.

De esa forma, el cardenal le habría contado acerca de las libertades en ese país, partiendo por la libertad religiosa, y habría comentado acerca de su relación con el gobierno de Castro y con las organizaciones de derechos humanos.

Fuente: El Mercurio (Chile)