Sí, entendí, que lo único claro que ha conseguido el Gobierno de Colombia en los últimos dos años, ha sido claudicar ante el terrorismo.

Desde el mismo instante en el que el Presidente Juan Manuel Santos pronunció su discurso de posesión el 7 de agosto de 2010, supe que algo no iba a salir bien. Algunas de sus declaraciones me confundieron. Sin embargo, no quise apresurarme a emitir juicios; pensé que lo mejor sería darle espera para entender cuál sería su forma de gobierno y así lo hice.

Pasó el tiempo y entendí entonces, porqué Santos restableció las relaciones con Hugo Chávez, por qué se volvió su mejor amigo. Entendí por qué negó la extradición de Mackled a Estados Unidos y la concedió a Venezuela. Entendí por qué quien fuera el mayor peligro para la región, hoy es el factor de estabilidad de América Latina.

Entendí por qué nunca se ha exigido a la dictadura de Venezuela entregar a los cabecillas de las FARC, y por qué se archivaron las denuncias presentadas ante la OEA sobre los campamentos de terroristas instalados en el vecino país.

Entendí por qué el Gobierno Santos tumbó el Acuerdo de Cooperación Militar con Estados Unidos, acuerdo que sin duda hubiera contribuido a fortalecer la política de seguridad democrática que claramente se ha deteriorado en esta administración.  Entendí por qué pasamos de ser un país con una amenaza terrorista a un país en el que el gobierno declara un conflicto interno armado validando a los terroristas como combatientes y poniéndolos al mismo nivel de nuestros militares y policías.

Entendí por qué el gobierno Santos ha ahorrado todos los esfuerzos para luchar por el fuero militar. Entendí por qué la política de lucha contra el narcotráfico que funcionó durante ocho años consecutivos durante la Administración Uribe, se cambió por el discurso de la legalización.

Entendí por qué no hubo respeto por la terna sugerida por el Gobierno Uribe para nombrar al Fiscal General de la Nación. Entendí por qué el afán de este gobierno en ayudar a evadir la responsabilidad de reparación a las víctimas que únicamente le corresponde a los victimarios.  Entendí, también, por qué el Gobierno Santos promovió y sacó adelante la Ley Marco para la Paz, por que garantizaron impunidad para los autores de crímenes de lesa humanidad, de narcotraficantes, extorsionistas y secuestradores.

Entendí por qué el afán del gobierno en invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas; entendí por qué el Presidente Santos se tomó la molestia de visitar a Fidel Castro en su lecho para disculparse por no haber conseguido el apoyo necesario para llevarlo a Cartagena.

Entendí por qué la Farc-política es intocable en Colombia, y entendí también por qué las pruebas contenidas en el computador de alias Raúl Reyes carecen de toda validez.

Entendí por qué no era conveniente para el Presidente Santos seguir defendiendo las políticas de su antecesor, por qué optó por alejarse de las ideas por las que se hizo elegir como mandatario de los colombianos y por qué miembros de su gobierno se han dedicado a desprestigiar la labor del Presidente más querido por los colombianos.

Sí, entendí, que lo único claro que ha conseguido el Gobierno de Colombia en los últimos dos años, ha sido claudicar ante el terrorismo.  Los victimarios de hoy serán los padres de la patria del mañana. Ellos, los terroristas, ganarán. Ganará el Presidente Santos la nominación a un premio Nobel de Paz. Ganará Chávez quien se hará reelegir apareciendo como el salvador de la paz de los colombianos. Perderemos los colombianos. Perderá la democracia. Perderemos ocho años de trabajo constante de uno de los gobiernos más comprometidos con los colombianos. Perderemos nuestras libertades. No hay nada más que entender, lo perderemos todo, excepto la esperanza.

Fuente: Revista Posición (Colombia)