Qué desorden. Los cafeteros de nuevo al borde de un paro, y los paperos en las mismas. Todo el gremio agropecuario de Córdoba está en pie de guerra. Cocaleros del Catatumbo bloquean Norte de Santander. Y el transporte de carga anda por las mismas. ¿Y Santos? En Suiza.

Insistir en la desconexión del Presidente y su gobierno del país es llover sobre mojado. Ese 63 por ciento que no quiere reelegir a Santos, entiende el vacío de poder por ese centralismo asfixiante y el desdén de este gobierno bogotano y bogoteño por la provincia. La provincia ya se dio por vencida y se resignó a lo que dio en este caso la tierra cachaca.

Se debe insistir sobre la incapacidad gerencial de este gobierno y su ineptitud, del Presidente para abajo. Este paro nacional tiene nombres propios: Juan Manuel Santos y Juan Camilo Restrepo. Fueron tres años de debacle para la agricultura, aburrida de la ineptitud, las promesas incumplidas y el abandono.

En tres años la producción de maíz en Córdoba bajó de 30 mil, a 13 mil hectáreas. En los dos últimos años hubo las cosechas cafeteras peores de los últimos 30 años. Y el valor de la tierra, un potente indicador, en Plato, Magdalena, cayó a la mitad.

Podríamos ir de sector en sector viendo el desgobierno, pero no iríamos al fondo: la ineptitud del gobierno conduce a las promesas incumplidas y la desconfianza con la palabra del Presidente y sus ministros. La amenaza de paro del transporte viene de una promesa incumplida, el control del precio del combustible negociado para levantar la anterior huelga.

Santos, Restrepo y las Farc tienen a Colombia otra vez en discusiones de reforma agraria como en 1936 con López Pumarejo. Y solo la restitución de tierras tuvo agenda en el tiempo del Presidente y el exministro. Mientras tanto el sector se quebraba por la inseguridad que regresa al campo, la revaluación, la falta de ayuda para enfrentarla y la falta de política agrícola. Ahora se suma la inseguridad jurídica, que tiene en pánico a los que tienen tierra y ahuyentó a la gran inversión nacional y extranjera.

Santos, Restrepo (ahora el ministro Estupiñán) y las Farc quieren un país de minifundios y de agricultura de subsistencia. Vamos como los cangrejos. Con una ineptitud tan flagrante que el ministro Estupiñán le pidió a los fruteros de La Unión y Roldanillo, Valle, sembrar piña y fresa, aunque la última solo se da encima de los 2.000 metros de altura.

Falta lo del Catatumbo. El gobierno acabó con los programas de sustitución de cultivos y al erradicar le entregó los cocaleros a las Farc, que quieren forzar la primera zona de reserva campesina, o caguancito, pues saben que a Santos le tiemblan las rodillas con facilidad. Grave panorama.

Estamos como esa famosa película de humor, ¿Dónde está el piloto? Pero no es para reírse, pues la suerte de Colombia está en juego.

Fuente: Centro de Pensamiento Primero Colombia (Colombia)