La lista de los que perdieron el domingo es una pavorosa selección de chacales, desde ya dispuestos a todo para no volver a perder el próximo 15 de junio. Saben que si pierden, pierden hondo. El primer derrotado fue el samperismo y su tenebrosa influencia. Alfonso Gómez Méndez y Eduardo Montealegre, que son los que administran la Justicia, ven en Zuluaga la posibilidad cierta (y feliz para el resto de Colombia) de que termine el reinado de Ernesto Samper en los tribunales y fiscalías del país. Juan Fernando Cristo, Horacio Serpa, Ramiro Bejarano y otros notables del sanedrín tendrán más de 8.000 razones para apoyar hasta el último esfuerzo la campaña del gobierno.

Otra derrotada del domingo fue la izquierda más radical. Las FARC, por supuesto, pero también la izquierda radical no armada que hoy representan Iván Cepeda, Piedad Córdoba y Gustavo Petro. Estos tres moverán cielo y tierra para apoyar a Santos. Su discurso será maniqueo y radical: “la guerra o la paz”, con las nefastas consecuencias que una polarización tan violenta implica.

Derrotados los manzanillos conservadores y liberales. No repartieron lechona en las proporciones necesarias ni movilizaron a la gente en los buses suficientes. Si quieren apaciguar a Vargas Lleras (otro derrotado) y conservar ante el jefe su reputación de grandes barones electorales, el próximo 15 de junio Ñoño, Mussa, Gerlein y sus compadres tendrán que lucirse con un espectáculo digno de su forma de conseguir los votos. Será una vergüenza cuya dimensión solo será proporcional al triunfo de Santos en la costa.

También perdieron los medios. Caracol, RCN y El Tiempo no pudieron convencer a los colombianos de que Zuluaga es un bandido ni que el de Santos ha sido el mejor gobierno de la historia reciente (tal y como llegó a titular Semana). Los cacaos son pragmáticos: su prensa (que es de ellos) es gobiernista, esté quién esté en el poder. Cuando el grupo Santo Domingo o Ardila quiera congraciarse con el eventual gobierno de Zuluaga no les temblará la mano para reemplazar a cualquier Luis Carlos Vélez o Rodrigo Pardo por áulicos del nuevo gobierno. Los periodistas lo saben, y como se juegan el puesto, harán hasta lo imposible por desprestigiar a Zuluaga de acá al 15 de junio. La guerra sucia en medios será pavorosa.

Ahora junten a todos los anteriores y tendrán la vanguardia colérica de la campaña de Juan Manuel Santos. Samperistas exasperados, manzanillos sin pudor, “petristas” e “Ivan Cepedistas” radicales, periodistas desesperados por conservar su tambaleante sueldo: y todos ellos dominados por el miedo de perder su hasta ahora comodísima posición de poder. Chacales rabiosos y asustados contra un zorro sin medios de comunicación, sin el erario público y sin manzanilla. Se viene una campaña comparable a aquella en que Samper le ganó a Andrés Pastrana hace veinte años. Guardo la firme esperanza de que esta vez sí gane la decencia.

Fuente: La Otra Esquina (Colombia)