La lucha contra el terrorismo no es otra cosa que la disyuntiva entre la vida o la muerte, la libertad o la esclavitud si se quiere.

“Un acuerdo de paz con los palestinos actualmente es imposible” fueron las palabras que el Ministro de Defensa del Estado de Israel Ehud Barak pronuncio en la Conferencia anual del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC en sus siglas en inglés) ayer en Washington. No es una frase cualquiera ni proviene de un político cualquiera, proviene de un Ex Primer Ministro de Israel que se sentó con Arafat y Bill Clinton en Camp David donde Barak estuvo dispuesto a ceder más de los que sus votantes habrían imaginado, desatando la ira de los mismos, tal como sucede hoy en Colombia.

Sin embargo, ya como Ministro de Defensa de Netanyahu, Barak entendió que lo primero es la seguridad de los israelíes. Él sí entendió que “hay que ser muy estúpido para no  cambiar de opinión cuando la situación cambia”. Ehud Barak después de abandonar el poder emprendió una frontal lucha contra el terrorismo, propia de un israelí en su afán por la supervivencia. Ellos entienden que antes que claudicar ante el terrorismo está la dignidad de un pueblo entero. Eso entendemos en Colombia, pero no es lo que profesan nuestros políticos de la Unidad Nacional.

La lucha contra el terrorismo no es otra cosa que la disyuntiva entre la vida o la muerte, la libertad o la esclavitud si se quiere. Hoy Colombia, contrario a Israel, renuncia a la lucha contra el terrorismo y nos somete a todos a la esclavitud que este genera. El gobierno Santos con su ideología “declinista” -como en su momento lo fue Nevil Chamberlain con el nazismo y que luego terminó en las consecuencias que conocemos-, esclaviza a los colombianos que le eligieron para un mandato con ideas totalmente diferentes.

Al tiempo que Israel diseña, produce y emplea sus armas para la defensa de los ciudadanos, Colombia las silencia para infortunio de los suyos. Al final del pasado año Israel empleó al máximo su capacidad de defensa, tras sendos ataques del grupo terrorista palestino Hamas; puso en práctica el sistema Iron Dome (Cúpula de Hierro) impidiendo los 1.056 cohetes lanzados por los terroristas desde la Franja de Gaza masacraran ciudadanos israelíes, logrando neutralizar el efecto letal en su suelo.

Todos sabemos que las armas son para matar, pero al tiempo que matan también salvan vidas, como fue el caso del sistema Iron Dome, que en su momento lo describió Moisés Naim como “misiles salvavidas”. Así los colombianos debemos entender el sentido de nuestras armas, para salvaguardar nuestras vidas. No es una simple opinión ni una idea vaga, es una teoría que ya fue probada durante ocho años y que dio los resultados positivos que se vieron y que permitieron que los colombianos recuperásemos nuestro país. ¿Qué hubiera sido de Europa sin las armas de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial?

El “declinismo” del gobierno Santos está instalado de manera abrumadora en la prensa nacional así como en los poderes Legislativo y Judicial, contrariando el sentir de la mayoría de los colombianos. Al contrario que en Israel, donde usted puede ser político de cualquier ideología pero converge con todos en la convicción de proteger al país y sus habitantes. En Colombia por el contrario los políticos oficialistas nos echan en manos del terrorismo, del que exigimos que antes que darles impunidad en el Congreso de la Republica paguen por sus crímenes de lesa humanidad como es de justicia.

La lucha incansable de Israel contra el terrorismo es un ejemplo para los colombianos. Al igual que los israelíes nosotros también tenemos que rebelarnos contra los grupos terroristas y contra quienes dan visos de apoyarlos, incluso si se cuela el engendro de la “paz cubana” en Colombia. Como nunca, hoy los colombianos hemos de defender que no solo el diálogo salva vidas, y que Israel es el ejemplo.

Fuente: Periodico Debate (Colombia)