“Invito a una revolución de ideas acompañadas de acciones muy claras para implementarlas. Es hora de adquirir una ideología de la libertad.”
Los mexicanos siempre fuimos prisioneros de un sistema que nos hizo dependientes en todas las avenidas de nuestra convivencia social.
Hace unos meses apoyaba una reforma fiscal seria que redujera impuestos y ampliara la base de contribuyentes, pero después de ver las atroces finanzas de varios de los estados y municipios (y la corrupción rampante que le acompaña) me opongo fieramente a cualquier alza impositiva que vaya a parar a las burocracias parasitarias y en general a la también parasitaria clase política. Está demostrado, mayor gasto social sólo crea mayores burocracias, mayores impuestos y más pobres.
La Comisión Permanente del Congreso ratificó la nominación de Eduardo Medina Mora como el nuevo embajador de México en Estados Unidos, habilitándolo así para que proceda a entregar la embajada ante el Reino Unido que había venido desempeñando hasta ahora, y poder llegar a Washington para asistir a la ceremonia de toma de posesión del Presidente Barack Obama la semana próxima.
Cualquier política social, gasto presupuestal o deuda gubernamental, que rompa la estabilidad macro, dificultará o imposibilitará alcanzar cualquier meta social que busque más empleos y aumentos de salarios reales.
El 2012 fue el mejor año en la historia del mundo. Esta realidad contrasta con el pesimismo que se ha convertido en dogma de fe para muchos políticos e intelectuales empeñados en convencernos de que el mundo está en su peor momento.
Así recordemos a mi papá, a Roberto Salinas Price—padre de dos, abuelo de tres, un gran amigo de un sinnúmero de personas, tanto en su querida patria como en varios rincones del mundo: un ser liberal, un espíritu libre, libre de pensar en todo, lo mundano y lo abstracto; y de no cesar ser la abeja socrática que nos “pica” hacia lo que sea, así como de celebrar que cada uno de nosotros somos seres iguales, humanos en nuestra relación con el mundo de las ideas.
“La politización de la lucha contra el crimen nos ha llevado que aún analistas prestigiados confundan consecuencias con causas y culpen al Gobierno Federal, siendo que es la autoridad que más ha combatido la violencia.”
“La amenaza de que “el Estado recuperará la rectoría de la educación”, quiere decir que no hay esperanza de romper el monopolio educativo del Estado y por tanto la sociedad seguirá siendo marginada para influir en la educación de sus hijos.”
La democracia se degrada cuando la convertimos en una permanente lucha por el poder y denostación a los gobernantes de otros partidos.