La organización criminal, una de las más violentas y peligrosas del mundo, ha establecido nexos y grupos en nuestro país. Sus actividades datan desde hace más de cinco años. Han hecho alianzas con narcotraficantes colombianos, paraguayos y bolivianos.

EL DEBER, Santa Cruz, Bolivia

La organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC), nacida en 1993 en las cárceles paulistas, tiene en el país tres facciones que operan para nutrir de cocaína a Río de Janeiro y a San Pablo. Una, quizás la más golpeada durante los últimos operativos policiales, es manejada por el clan Dorado, pero todavía hay dos grupos que siguen haciendo de Bolivia el ‘supermercado’ elegido por el PCC para llenar de ‘blanca’ a sus consumidores.

Del clan Dorado ya hay tres hermanos presos. Maximiliano (Max), que está en un penal brasileño de Rondonia; Ozzie, que fue enviado a Palmasola el martes pasado; y Ezequiel, hermano por parte de madre de Max, que espera su juicio en el reclusorio cruceño. Sin embargo, todavía se indica que esta facción sigue activa.

Según los informes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), que opera en estrecha coordinación con los agentes de la Policía Federal de Brasil, los golpes al clan Dorado han afectado en parte a la organización que se dedica a enviar cocaína desde la zona de Guayaramerín, Beni, hacia los acopiadores de Río de Janeiro.

Las otras dos facciones, según los informes de las fuerzas antidroga brasileñas y bolivianas, operan en el departamento de Santa Cruz. Una tiene el control de las localidades de San Matías y San Ignacio de Velasco. La otra, opera principalmente en Puerto Suárez, ciudad frontera con el monstruo brasileño.

El jefe nacional de la Felcn, Gonzalo Quezada, reconoció la presencia de estas tres facciones y agregó que los narcos que ‘trabajan’ en San Matías, San Ignacio y Puerto Suárez, mandan la cocaína hasta San Pablo.

A decir de las autoridades policiales, las acciones para desmantelar estos grupos se preparan de forma conjunta con sus pares brasileños, ya que la intervención de los federales en las favelas ha generado información que trae las pesquisas hasta nuestro país.

Cuando las autoridades brasileñas atacaron a los traficantes en los barrios marginales cariocas, se detuvo a los acopiadores de la cocaína. Estas personas revelaron de dónde conseguían la droga y así se pudo reconstruir el camino que sigue la ‘blanca’.

Algunos investigadores judiciales afirman que las armas que se hallan en estas acciones, también salen desde nuestro territorio, aunque ninguna versión oficial confirma esto.

Presencia en el país

Pero ¿por qué un grupo que a escala internacional es visto como el dueño del tráfico en Brasil, el tercer mercado mundial más grande de consumidores de droga detrás de Estados Unidos y  la Unión Europea, ha puesto sus ojos, su gente y su capital en Bolivia?

La respuesta a este cuestionamiento por parte de algunos investigadores judiciales y policiales que han conocido los detalles de estas pesquisas, señala que la cercanía y la debilidad en los controles fronterizos han vuelto a nuestro país en el espacio propicio para ser la puerta de ingreso de la pasta base de cocaína peruana.

Factorías con sello colombiano

Una vez la ‘blanca’ está en Bolivia, los narcos del PCC llevan el alcaloide hasta los laboratorios de cristalización que se han encontrado principalmente en territorio cruceño y beniano. Cuando la pasta base es mejorada y su valor destructivo y económico se multiplica, los cargamentos son preparados para llegar a Brasil, vía Paraguay o sorteando el control permanente de los brasileños.

“Antes era pasta base de cocaína lo que estos grupos ingresaban a Brasil y luego la convertían en crack (o droga negra), ahora se está llevando más clorhidrato de cocaína”, apuntó el jefe policial y agregó que esto se debe a que los consumidores brasileños tienen un mayor poder adquisitivo.

A decir de Quezada y los otros consultados, que pidieron no ser identificados, el PCC opera en el país desde hace más de cinco años, habiendo logrado generar redes con otros extranjeros y con traficantes locales.

Hay otros grupos

Si bien el PCC demostró su influencia en nuestro país, especialmente en las regiones orientales donde la Felcn detuvo a emisarios, ‘peces gordos’ y peones de este grupo, los consultados ven que no es la única organización presente.

“Aquí hay gente de los Zetas, de la mafia rusa, de grupos criminales colombianos y de organizaciones paraguayas”, afirmó un exinvestigador de la Felcn, que además considera que el incremento de la actividad de los traficantes se dio luego de que la DEA salió del país, aunque el Gobierno afirma que la situación está controlada

Delincuentes de cuatro nacionalidades se unen para acopiar y refinar  droga

Los narcotraficantes del PCC, que en principio llegaron al país solo como inversionistas de las organizaciones criminales, ahora han establecido alianzas con grupos colombianos, paraguayos y bolivianos.

Debido a que el poder económico del PCC ha crecido considerablemente a escala mundial, puesto que se asegura que mueven cerca a $us 40 millones al año en el tráfico de estupefacientes, ellos se están encargando de comprar droga de los narcos peruanos, que la transportan desde la zona del Valle del Río Apuramac y Ene (VRAE) y la refinan en zonas alejadas de Santa Cruz y Beni.

Ahí intervienen los colombianos, que desde hace más de cinco años han puesto su sello en los laboratorios de cristalización de la pasta base de cocaína. Sus ‘químicos’ han establecido sistemas de reciclaje para los precursores que no permiten perder nada y la producción del alcaloide mejora.

Para la salida del país se utiliza el apoyo de los paraguayos, que junto a los colombianos se hacen cargo de encontrar las rutas donde haya menos control y así poder llegar sin contratiempos a su destino final, el mercado brasileño y posteriormente los países europeos y africanos.

Dentro de esta estructura que el PCC ha montado, los bolivianos hacen de todo, desde acopiadores de cocaína, hasta encargados de la protección y control armado.

Foto: La droga refinada en Beni y Santa Cruz llega a las favelas.

MÁS DETALLES PARA CONOCER AL PCC  

En las cárceles paulistas

El Primer Comando Capital (PCC) tuvo su aparición en las cárceles de San Pablo, donde los reos se organizaron para defenderse de los abusos policiales.

Su líder sigue preso

Marcos Willians Herbas Camacho, conocido como ‘Marcola’, está preso en un penal de máxima seguridad de Brasil, desde donde maneja al PCC.

Mencionan a Bolivia

En diferentes entrevistas y publicaciones brasileñas, los miembros del PCC señalan que en Bolivia hay emisarios de su grupo que están operando.

Presencia internacional

La organización brasileña, encargada del tráfico interno de la cocaína, dice tener grupos aliados en Argentina, Venezuela, Colombia y Paraguay.

Miembros detenidos  

El clan dorado fue capturado en operativos en nuestra capital

Junto a estos ‘peces gordos’ del narcotráfico, también han caído hombres que integraban estas organizaciones en laboratorios y allanamientos.

Todo comenzó con la detención de Maximiliano Dorado en Bolivia

A finales de diciembre de 2010 con datos de la Policía Federal de Brasil, fue detenido en nuestor departamento Maximiliano Dorado Lozadas, que también utilizaba los apellidos Munhoz Filho. Su caída implicó el inicio de las pesquisas sobre el PCC y sus vinculaciones con diferentes estratos del poder nacional.

Ozzie y sus vínculos con el lavado de dinero

La semana pasada fue detenido Ozzie Dorado Lozadas, hermano de Maximiliano. Lo acusan de ser el encargado de lavar el dinero sucio del PCC. Es investigado junto a Jacob Ostreicher.

Un boliviano cae en Brasil y es visto como el ‘señor de las armas’

El fin de semana pasado fue detenido en Cáceres un boliviano identificado como Hebert Carlos Barbery Escalante (32). Los informes de la Policía Federal lo señalan como el ‘señor de las armas’, porque supuestamente era el proveedor de armamento pesado al PCC y al Comando Vermelho.

Fuente: EJU.TV (Bolivia)