El forzado y rebuscado, nada convincente, triunfo del Si por un margenpreocupadamente estrecho, que se reduciría aún más de no habersedesechado un vasto pronunciamiento de los votos nulos y en blanco, pero que será la “consagración” por un Consejo Nacional Electoral a quien nadie le borrará el sambenito de parcializado, se convertiría en la soga con la que el gobierno llegase a apretarla en su propia nuca.

Más, la soga podría utilizarse simplemente como uno de los componentes de la piñata, en la que las dos mitades –votos de mayoría o votos minoritarios- no se conviertan en línea divisoria de la fraternidad entre ecuatorianos por el apoyo o el rechazo al referendo-consulta del Ejecutivo, sino en el disfrute conjunto de las garantías que subsisten de una democracia peligrosamente anémica.

De continuar en su desgastado estilo, el gobierno llevaría al país a unenfrentamiento de impredecibles consecuencias, que podría no solo emular sino hasta superar las terribles convulsiones sociales que se dieron el 28 de Mayo de 1944 y cuyos efectos no permitieron afianzar un pleno Estado de Derecho, tan necesario en todo país civilizado que aspire a garantizar los derechos individuales, así como el desarrollo económico y moral de todos.

Si llegase a ocurrir el imprescindible cambio de talante del actual mandatario, que lo exige el pueblo conforme lo demuestran los resultados del 7 de Mayo de 2011, se operaría una transformación razonable que sería provechosa no para las elites pasadas o presentes, sino para los 14 millones de ciudadanos, ya que necesariamente debemos incluir a los compatriotas que se encuentran en el extranjero viviendo, en su mayoría, en condiciones precarias.

Este deseo resultaría no tan fácil de que se convierta en realidad, especialmente si el Presidente de la República persevera en sudíscola personalidad, a la que se le aplica el refrán “genio y figura hasta la sepultura”, por lo que habría de recordarle que está obligado a gobernar para todo el país y no solo para los que todavía lo apoyan, sobre todo si es que se aprecian en su justa dimensión los repudios que significaron losvotos nulos y blancos, por lo que también debería recordarse la frase “con los golpes se aprende”, la cual es asimilada por quienes aún cuando sintiéndose predestinados demuestran la necesaria inteligencia y urgente necesidad de no transitar por anteriores pedregales.

Si la última jornada comicial es valorada por el gobierno como un vaso medio lleno, estaría ejerciendo presión en una soga que más temprano que tarde cumpliría el rol de verdugo; mientras que de llegar a valorarse con objetividad que ese mismo vaso está medio vacío se podría atisbar un estado de madurez cívica que permitiría al Ecuador aunar voluntades paraque en el siglo de la tecnología y de la economía globalizada, encontremos el espacio que no intente limitar las libertades, sino generar conocimientos para que nuestro país no se quede rezagado en el vértigo de la historia.

Fuente: HACER