Entrevista al Presidente de Chile, Sebastián Piñera.

En La Moneda, el Palacio del Gobierno chileno, se celebra el Bicentenario. En sus salones, patios y pasillos, la gente canta y baila. El presidente hace lo propio: juega, bromea con un par de payasos y se fotografía con quien se lo pida. En este ambiente, nos recibió en su oficina para hablar sobre la actualidad del Ecuador y de las relaciones bilaterales con Chile.

MC – ¿Cómo son hoy las relaciones de Chile con el Ecuador?

SP – Fraternas, de amistad por muchos años. Eso es histórico y parte del alma de los dos países. Yo siento que tenemos que estrechar nuestros lazos. Acabamos de avanzar en un acuerdo de integración y colaboración económica. Como parte de esta amistad, yo invité al presidente Correa para que venga a visitar la Antártica en el mes de noviembre. Me dijo que estaría encantado de venir, pero que tenía un problema con una operación a la rodilla que condicionaba su agenda.

MC – Chile ratificó la postura ecuatoriana sobre la validez de los tratados de los años 52 y 54, que incluyen al Perú en los límites marítimos. ¿Habrá una nueva declaración conjunta de los dos Gobiernos sobre este tema o ahora todo queda entre Chile y el Perú?

SP – Chile y el Ecuador han coincidido siempre en que los tratados del 52 y el 54, que son tratados plenamente vigentes y válidamente celebrados, determinaron con claridad el límite marítimo entre Chile y el Perú y también entre el Perú y el Ecuador, y esa es la posición que siempre han sostenido el Ecuador y Chile. Hace unas semanas, cuando tuve la oportunidad de visitar el Ecuador, hicimos una declaración conjunta entre el Ecuador y Chile que ratifica esa postura, que es la postura de siempre de los dos países. El Perú, últimamente, tiene una opinión distinta y, a mi juicio, equivocada. Por eso, el caso está en el Tribunal de La Haya, en donde Chile se está defendiendo con los argumentos del derecho.

MC – Chile fue el primero en aportar para la iniciativa Yasuní-ITT, que busca preservar bajo tierra el crudo en una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta. ¿Está Chile confiado en que esta es una iniciativa que el mundo debe respaldar?

SP – Sí, porque hay muchas formas de contribuir a un mundo más limpio, más ecológico y con mayor respeto y protección de la naturaleza y, por lo tanto, combatir el calentamiento global. Y una de ellas es evitando que combustibles contaminantes sean quemados y contaminen la atmósfera. Nosotros debemos preservar la riqueza que existe en el Yasuní, en donde resaltan la riqueza natural y la biodiversidad. Por eso, nosotros comprometimos ese aporte cuando visitamos el Ecuador, y Chile cumplió con su palabra.

MC – ¿Usted se considera un presidente ecológico?

SP – Sí,… tengo un gran respeto por la naturaleza que heredé de mis padres y transmití a mis hijos. Hoy, la naturaleza está dando gritos desesperados que, si no los oímos, vamos a pagarlo muy caro. Debemos hacer un desarrollo sustentable y compatibilizarlo mejor al desarrollo económico.

MC – Respecto a la libertad de prensa, ¿ve sombras sobre la libertad de expresión en la región?

SP – Sí, veo sombras y amenazas a las libertades de expresión y de opinión en muchos países de Latinoamérica.

MC – ¿Cree que este fenómeno irá en aumento?

SP – La libertad de información es parte esencial de la libertad. Cuando la empezamos a restringir, empezamos a matar la verdadera libertad y, por eso, hay que defenderla siempre. Muchas veces, las autoridades y los Gobiernos sienten que la prensa no nos trata bien, y es posible que así sea, pero el mecanismo no es restringir la libertad de prensa y expresión. En estos casos, siempre recuerdo las posturas de Lenin y Jefferson. El primero decía: “Por qué vamos a permitir que cualquiera que tenga una imprenta pueda decir lo que quiera”, y el segundo manifestaba: “Entre la libertad política y la de prensa, me quedo con la de prensa”.

MC – En lo personal, ¿cómo es su día?

SP – Me despierto a las 06:00 y veo los e-mails -recibo cientos- y los contesto; y leo la prensa en papel. Después, reviso la prensa internacional a través de Internet. A las 08:00, me levanto e inicio mi jornada de trabajo propiamente y recibo gente o visito lugares. Termino muy tarde, a medianoche.

MC – ¿Usted llora?

SP – Lloro… Más por dentro que por fuera, porque yo soy de la generación en que nuestras madres nos decían: “Los hombres no lloran”. Y eso me marcó. Pero creo que es un error, porque llorar es bueno. Yo lloro mucho, pero más por dentro que por fuera.

MC – ¿Con qué no podría vivir?

SP – Yo no podría vivir sin amor, sin humor, sin familia y sin la fe en Dios.

Fuente: Diario HOY (Ecuador)