Sería bueno que se estudien los resultados de las leyes “clientelares” en otros países, para ver sus efectos nocivos sobre la sociedad.  Por ejemplo,  España, con  los incentivos a las energías renovables y  su efecto en la competitividad. El resultado ahora es que   el costo de la energía es  de las más caras de Europa,  creando  desempleo, y el impacto ambiental tampoco fue real.

En la llamada “burbuja solar”, esos incentivos generaron el  extremo que hasta en  cementerios se instalaron  paneles solares, no porque fuesen rentables económicamente por sí mismos,  sino por los incentivos otorgados por el gobierno español —subsidios—.  Por supuesto, políticos y mercantilistas hicieron tremendos negocios en su momento con eso y mucho dinero.  Ahora,  en un artículo del 23/4/2014 en el periódico español El Mundo, un promotor de esos incentivos,  ahora  ex ministro de Industria español   (2008-2011) reconoce que se benefició  especialmente a las áreas  gobernadas por el partido en el poder (PSOE). Esos incentivos superaron siete veces lo planeado originalmente y fueron un enorme costo para el Gobierno, golpeando el presupuesto nacional.

Los que andan buscando privilegios gubernamentales, siempre usan la excusa de  “buenos”  fines,  pero en la práctica terminan siendo negativos para  el país y contraproducentes para los habitantes . En España dieron incentivos  a las renovables y el resultado fue corrupción, menos competitividad, altos costos de energía y costos fiscales que deben  pagar sus habitantes.

Con el decreto 12-2014 se le da privilegios a  empresas, violando la propiedad privada y  hay menos competencia  en contra del consumidor. Y con la iniciativa de ley de inversión y empleo, veremos desfile de  empresas viendo cómo se benefician de los incentivos —y más déficit fiscal—.

O casos como los que se decía —nunca investigados por el Gobierno—  con el decreto 29-89, en los que empresas a las que se les agotaban los 10  años de incentivos fiscales cambiaban de razón social para volver a pedirlos, pero los dueños seguían siendo los mismos.

Fuente: Prensa Libre (Guatemala)