La Iglesia Católica el 8 de noviembre pasado, con motivo de una reunión de obispos, advirtió el ascenso vertiginoso de la producción de cocaína y el narcotráfico.

Monseñor Oscar Aparicio, alertó acerca de “la intromisión del narcotráfico en nuestro territorio (que) parece crecer de forma amenazante para todos”.

El tráfico de droga ha golpeado a familias y a la dignidad del país. Cada día en operativos policiales surgen más revelaciones de cómo operan mafias en Bolivia, aunque el Gobierno dice que no se puede hablar de cárteles.
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Fuente: Erbol (Bolivia)