Antes de la Revolución Industrial, trescientos de cada mil niños morían al nacer.

Hoy se celebra en los Estados Unidos el Día de Acción de Gracias. Decenas de miles de guatemaltecos expatriados se reunirán con familiares y amigos, igual que lo hacen sus vecinos norteamericanos desde tiempos de la colonia británica. La familia norteamericana se une en estas fechas en señal de gratitud por las cosas buenas que les ha traído la vida. Las familias se juntan para compartir y disfrutar de una merienda deliciosa, cuyo plato principal es el pavo. Poco a poco esta celebración ha ido ganando adeptos en otros países.

Algunas de las primeras colonias de los Estados Unidos instituyeron un sistema de propiedad colectiva. Esto trajo como consecuencia cosechas muy pobres, debido a lo cual muchos de los primeros colonos murieron de hambre. Si nadie es dueño de nada, no hay incentivos para producir. Más adelante reinstituyeron el sistema de propiedad privada, heredado de Gran Bretaña. La propiedad privada alineó los incentivos personales con la demanda de alimentos. Los colonos festejaron las abundantes cosechas y la vida misma, dando así origen al Día de Acción de Gracias.

La Revolución Industrial trajo grandes beneficios a todos los habitantes del planeta y esto sigue siendo todavía motivo para darle al Día de Acción de Gracias carácter universal. El progreso experimentado por el hombre gracias al capitalismo durante los últimos trescientos años es impresionante. Antes de la Revolución Industrial, la expectativa de vida era de treinta y cinco años. Hoy supera los setenta y cinco. La tasa de mortalidad infantil oscilaba entre doscientos y trescientos niños por cada mil habitantes. Hoy apenas pasa de siete. Esto quiere decir, estimado lector, que lo más probable es que, ya fuera por mortalidad infantil, ya por tener más de treinta y cinco años, en aquellas circunstancias usted no hubiera estado vivo para leer estas líneas, ni yo para escribirlas. La vida es en sí misma razón suficiente para mostrarle gratitud, y se la debemos no solamente a nuestros padres, sino a los avances tecnológicos, médicos y nutricionales que nacieron con la Revolución Industrial.

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)