“El hombre es una libertad”, Karl Jaspers.

El Triunfo del espíritu libre

En la llamada República Democrática Alemana, la larga lucha por la libertad culminó en el paso fronterizo Bornholmer Strasse. En la noche de 9 de noviembre de 1989, el pueblo de Berlín oriental comenzó a pasar por el mismo y derrumbo el Muro de la Vergüenza, que separaba la ciudad, en una parte libre y la otra oprimida por el estado totalitario socialista, bajo la férrea dictadura de Eric Honecker. La prensa era monopolizada por el estado, había sido abolida la propiedad privada, la iglesia protestante y la católica eran perseguidas, la policía política (Stazi), reprimía a los disidentes que reclamaban libertad y para evitar la masiva fuga de alemanes hacia Berlín libre, se había construido, en 1961, un muro que rodeaba a este. Se calcula que 191 personas perdieron la vida en el intento de cruzarlo. Pero lo que no pudieron los tanques rusos ya habían reprimido la sublevación en Alemania del Este en 1953, fue terminar con el espíritu libre, con que la Cultura Occidental había impregnado a los alemanes. Un año después del derrumbe del muro, caía definitivamente el régimen y Alemania se reunificaba bajo el símbolo de la libertad, que es la esencia de la democracia.

En aquellos días, detrás de la cortina de hierro que separaba al mundo comunista del mundo libre, quienes no estaban con el socialismo no tenían derechos y los intelectuales fueron vistos con desconfianza, encarcelados, torturados o sin posibilidad de publicar sus obras por meras sospechas. Aumento el número de suicidios ante tosca nivelación hacia abajo del régimen. Fue un indicio de anomia como hubiera dicho Durkheim, en medio de una terrible tiranía. El régimen totalitario marxista-leninista veía que la razón se había convertido en un potencial enemigo del estado socialista y todo pensamiento no autorizado fue reprimido.

Cuando Gorbachov, a la sazón presidente de la URSS se niega a sostener el gobierno de Hornecker con los tanques soviéticos, este cae. El consenso que apoyaba al Estado totalitario eran los tanques y ni siquiera los alemanes, sino los rusos.

Alemania Oriental, fue uno de los ejemplos simbólicos del fracaso del socialismo en la Cultura Occidental y la caída del muro fue el símbolo de la disolución del mundo comunista y la terminación de la guerra fría que tantos efectos criminales tuvo sobre Argentina.

El valor de la libertad

Antes de la caída del muro, mientras Alemania Oriental se hundía en una obscura tiranía ideológica, Alemania Occidental, después de la trágica experiencia existencial del Nacional Socialismo, había elegido la libertad.

Desde 1945 a 1950, había sobrepasado a Gran Bretaña su vencedora en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno socialista británico de Clement Atlee, le había causado a la economía de Gran Bretaña, mayor daño que los alemanes durante la guerra. Ahora Alemania con la democracia y la economía liberal, se ha transformado en la nueva potencia europea. Lo que no habían logrado ni Guillermo II, ni Adolfo Hitler, lo pudieron la libertad de trabajo, la competencia, el mercado libre y la libertad política. Walter Ulbricht y su sucesor Hornecker, no pudieron reprimir la ondas de radio que traspasaban el muro, llevando un mensaje de libertad. La revolución de los medios de comunicación destruyó las bases del marxismo leninismo dominante y redespertaba constantemente el ansia de libertad. Algunos enemigos de la libertad, no ven en la caída del muro el símbolo del fracaso del socialismo, pero se ufanan en hablar de la crisis del capitalismo liberal.

Represor protegido por socialistas

Eric Hornecker se exiló en la embajada chilena en Moscú, bajo la protección del embajador chileno, Clodomiro Almeyda y el gobierno de Frei. Almeyda un socialista, había sido ministro de Salvador Allende en su intento de establecer una dictadura marxista leninista en Chile. El exilio en la embajada, produjo dos crisis diplomáticas entre Chile y Alemania y también entre Chile y Rusia.

Hornecker fue uno de los impulsores, apoyado por la URSS, de la subversión en Hispanoamérica, entrenando guerrilleros y asilando en su país a numerosos terroristas. Tuvo su premio, el asilo que le brindo Chile le permitió seguir trabajando en Santiago en una Universidad, hasta su muerte en 1994. Paradójicamente, mientras los socialistas le rendían homenajes a uno de los constructores del Muro de la Vergüenza, perseguían por otro al General Pinochet, acusándolo de represor. ¿Y Hornecker, qué fue?

El contraste demuestra lo frágiles que son las democracias en ciernes. Unos tienen licencia para matar, inclusive traicionando al propio país. Otros son condenados por defenderlo. Pero el relato apartado de la realidad, termina por agotarse a sí mismo.

El muro argentino

En Argentina, detentan el gobierno ahora, quienes admiraban el régimen de Hornecker. Con una Corte Suprema de Justicia (o de la Injusticia?) que falla en contra de la Constitución y la libertad de prensa, se torna imprescindible derribar la represión gubernamental de una oligarquía corrupta liderada por quien se cree una personalidad mesiánica. Rendir obediencia a la decisión inconstitucional y antidemocrática de cuatro miembros corruptos de la Corte, es ignorar los ideales liberales de Mayo de 1810 y de Juan Bautista Alberdi. El monopolio sobre los medios de comunicación que intenta obtener el gobierno kirchnerista, mediante la ley de prensa, no solo es el instrumento mediante el cual quieren ponernos cadenas, sino una manifestación de su mentalidad totalitaria. A esta ley que nos impone un muro, la apoyaron los socialistas de Hermes Binner, otro admirador de Honecker, Proyecto Sur de Pino Solanas, que se abrazó con el represor Chávez y por supuesto la mayoría del Frente para la Victoria, que obsecuentemente viola la Constitución cuando la Presidenta se lo ordena. Es que ellos quieren un muro contra la libertad, porque le temen.

Un recuerdo optimista

Pese a los desencantos que la naturaleza humana nos depara a diario, el derrumbe del Muro de la Vergüenza, nos trae un mensaje de optimismo. Alemania ha integrado con un tremendo esfuerzo al este, que se libero de dos socialismos y ha dejado atrás una doble opresión. La clave fundamental es que eligió la libertad, porque respetar la libertad propia y la de los otros es considerar un valor fundamental, el bien, sin el cual la felicidad no existe y la creatividad se ahoga. Así nos doto Dios, a su imagen y semejanza, es decir con libertad.

Fuente: HACER