La Encuesta de Expectativas Económicas al Panel de Analistas Privados del mes de septiembre incluye el Índice de Confianza de la Actividad Económica en el que se refleja en buena medida, creo yo, el desempeño de la actual administración. Lo interesante del caso es la interpretación que del mismo hace el presidente del Banguat. Este es un nuevo ejemplo de cómo se pueden hacer interpretaciones antojadizas de los datos para que respalden casi cualquier aseveración. Argumenta el presidente del Banguat -según se le atribuye en un artículo publicado en Prensa Libre ayer- “las razones que influyen para que el país pierda credibilidad son la inseguridad, la incertidumbre jurídica y la caída de la recaudación”. Todavía más, argumenta que “la confianza de los agentes económicos en el país se elevó en el 2012 por una expectativa influenciada luego de la aprobación de la reforma fiscal”. Luego continuó indicando que “la baja recaudación tributaria, principalmente aduanera, también ha enviado un mensaje negativo a los inversionistas”.

Yo argumento que el presidente del banco central está confundiendo los efectos con las causas. Si uno ve la gráfica de la variación del índice, se puede hacer otra interpretación que considero que se ajusta más a la realidad de nuestro país.

Las expectativas que se tenían de la administración del Partido Patriota eran muy altas, como lo muestra el índice marzo del año pasado. De allí para acá, con la excepción de unos pocos meses, todo ha sido cuesta abajo. Y esa caída inició después de la aprobación de la puñalada fiscal. Me atrevo a apostar que la caída del año pasado se debió en buena medida a todos los retrasos y problemas ocasionados por la pésima ley de aduanas incluida en la puñalada fiscal. El que este año el índice haya continuado cayendo refleja los problemas ocasionados por la entrada en vigencia de los cambios en el Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Que la recaudación tributaria no suba como los impulsores de la puñalada fiscal esperaban —que es distinto a decir que cayó— es un reflejo de lo pésimamente mal que se planteó. Para cualquiera que no sea burócrata o tecnócrata viviendo a expensas de los impuestos que otros pagan, era obvio que esa puñalada fiscal no incrementaría considerablemente los ingresos tributarios, pero sí impondría más cargas y obstáculos a la generación de riqueza y al trabajo honrado de las personas.

Eso es lo que se refleja en ese índice y también en la calle. El que no quiera verlo es porque desea tapar el sol con un dedo. La “caída de la recaudación” —repito, no cayó sino que no se incrementó tanto como ellos esperaban— es consecuencia de la puñalada fiscal y no al revés. El que los inversionistas aplacen sus decisiones de inversión no se debe a que están preocupados porque se ha “caído la recaudación tributaria” como argumenta el presidente del Banguat. Todo lo contrario, es una consecuencia directa de la puñalada fiscal.

¿Cuál explicación considera usted que está más apegada a la realidad, la del presidente del Banguat o la mía?

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)