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Guatemala

Guatemala: La deuda flotante – por Giancarlo Ibargüen S.

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miciviLa Fiscalía contra la Corrupción del Ministerio Público solicitó oficialmente al Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (Micivi) un informe de las obras ejecutadas que todavía no han sido solventadas para determinar la legalidad de la deuda flotante.

Con esta acción se pretende conocer en detalle los proyectos que, según la denuncia presentada por la Contraloría General de Cuentas (CGC), fueron parte de los compromisos adquiridos mediante la firma de contratos sin que hubiera respaldo presupuestario entre los años 2005 y 2010.

Hasta ahora se sabe que de la deuda inicial, que era de aproximadamente 11 millardos de quetzales, la auditoría interna del Micivi determinó que esta no era mayor de Q3 millardos y medio.

Sin embargo, la fiscalía encargada señala que el Micivi no ha presentado un listado preciso de obras pendientes de pago, ni de quiénes formaron parte de las juntas de licitación, para poder deducir responsabilidades por aprobar obras sin el respaldo financiero adecuado.

Debido a esos desmanes, la fiscalía tendrá que indagar a cinco exministros, así como a cuatro exviceministros de la cartera de Comunicaciones, así como a los exdirectores de la Unidad Ejecutora de Covial.

Tal y como ha sido una desafortunada costumbre, cada gobierno ha heredado una deuda flotante, comprometiendo el presupuesto del Ministerio de Comunicaciones y agravando cada vez más la situación financiera del Estado.

Con el refrán que reza “que arree el que viene atrás”, muchas obras fueron aprobadas para pagar deudas políticas, por compadrazgo o clientelismo, sin importar que tarde o temprano habría crisis en el presupuesto general de gastos.

Tomando en consideración este aspecto, al concluir esta investigación, el Ministerio Público tendrá la oportunidad de proponer al Congreso de la República un acuerdo por medio del cual se dé por terminada de una vez por todas esa herencia de deudas públicas, así como la mala costumbre de iniciar obras sin que exista presupuesto para liquidarlas.

Si la familia es la primera escuela donde se cultivan valores y principios, la universidad es la penúltima. ¿Y la última? La última siempre es la vida misma. ¿Cuáles son, entonces, los valores fundamentales que tratamos de inculcar en la Universidad Francisco Marroquín para la vida? La lista es corta: la libertad, la paz, el respeto a la propiedad privada, la cooperación social, el bienestar. Estos valores se derivan de la naturaleza humana y son universales. La selección de los mismos no depende del azar, pues son fruto de la evolución cultural del hombre a lo largo de los siglos.

De estos valores y principios vale la pena resaltar la libertad, que para muchos ha sido la única razón de ser. Epicteto nos dice: “Es libre aquel hombre que vive como ha escogido vivir”. Ser libre significa buscar la felicidad utilizando los medios a nuestra disposición, sin coerción alguna y respetando la libertad de los otros. En una sociedad de personas libres, todos tienen el derecho de vivir su vida como mejor les parezca. Deben respetar, eso sí, el derecho recíproco que los demás tienen también a vivir la suya.

El límite último de la libertad es el orden moral. Una buena educación defiende y respalda la ética de la responsabilidad individual, y resalta la idea de que los logros de nuestros objetivos dependen del trabajo y de la iniciativa propia, no de la ayuda de los demás. El futuro está en las manos de ustedes, jóvenes. Y una mirada al futuro con esperanza tiene más alcance sobre una sólida base moral. Así lo dijo mi buen amigo y profesor de economía francés, Jacques Garello:

“Los valores morales y espirituales son la respuesta verdadera a los desafíos de la armonía social. Los retos de la globalización están hoy en el espíritu de comprensión mutua entre los pueblos del mundo. Nuestra época requiere, como dijo Bergson, ‘un suplemento de alma”. Para construir un mundo mejor, podríamos escuchar a San Ambrosio, quien dijo: “No te preocupes. No te quejes de los tiempos. No digas que los tiempos son malos. Los tiempos son buenos. Sé bueno y los tiempos serán buenos”.

Fuente: Centro de Estudios Económico- Sociales (Guatemala)

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