Me ha sorprendido la inmediata prohibición en ciertas universidades del libro Guatemala Bajo Asedio. Esta publicación, en su primera edición, está calzada por la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua), quienes de manera valiente escriben una parte fundamental de la Historia de Guatemala que muy a propósito los exguerrilleros, las ONG, la cooperación internacional, la Iglesia Católica Romana y toda la colección de “intelectuales progre”, muy voluntariosamente escondieron, tanto porque esconder los hechos era una acción “anti-financiera” para ellos, como por ese enfoque de “historia material” que tiñe sus diminutas mentes, nos han presentado de manera parcial los 36 años de guerra en Guatemala.

(A propósito de “libros prohibidos”, hace unos días analizábamos con mis estudiantes de Comunicación algunas de estas publicaciones y la que más les causó entre gracia y sorpresa fue la lista del Vaticano encabezada por un libro infantil acerca de pingüinos barbijos titulado Tres con Tango. Según la prohibición y condena de esta corta e interesante historieta del Zoo de New York, parecería que el mismísimo diablo habría sido el autor de tal publicación).

Mi reacción ha sido primero de sorpresa ya que como Libertario no considero que libro alguno deba prohibirse, pero de desmayo al conocer que es precisamente donde el libro de Avemilgua debe discutirse, en las universidades, el lugar al cual Guatemala Bajo Asedio tiene la “letra escarlata”.

Por eso, sea la Iglesia, sean algunas universidades, sea las ONG, sea la cooperación internacional, sean los “intelectuales progre”, rechazo rotundamente esa prohibición sugiriendo a los inquisidores de tal lectura que se ubiquen en el Siglo XXI, en el mundo de las redes sociales, en la era, como diría McLuhan, “electrónica”, y pasen a formar parte de los humanos dignos que no tememos a ninguna publicación.

Y a las universidades, a esas que todavía tienen sus “listas” de lecturas prohibidas, que, por favor, abran no solo sus mentes, sino sus anaqueles, analicen, debatan, articulen, apoyen, alienten la Libertad intelectual, y amplíen las fuentes para el criterio de sus estudiantes y profesores.

Aunque tuve el honor de presentar este libro prohibido apenas ayer, la controversia había antecedido a esta publicación, sobre todo desde el púlpito, cátedra, podio de aquellos que consideran tener la piedra filosofal y “el hielo”, digo “su hielo” para mostrarnos tales “rarezas”, a nosotros “no progres”, desde su propio Macondo.

Pero más sorprende que quienes prohíben el libro NO lo han leído, y su única base para tal aberración es que “lo hizo Avemilgua”. Impresionante, de veras, el tercer mundo intelectual de ellas y ellos, quienes en su “hipismo sesentero”, en la sicodelia que nunca abandonaron, y en su adoración al dios “canabis”, no se percataron de que el mundo cambió para bien, que el socialismo no funciona, y que en poco más que una década, 2000-20013, el mundo cambió.

Silvio, Pablo, La Negra, fueron cambiados ahora por Armin van Buuren, las Hermanas Nervo, Tiësto, Paul van Dyk y Avicii.

Fuente: Siglo 21 (Guatemala)