Uribe, a quien un grupo de personas acompañó desde la catedral hasta el Teatro Zulima mientras gritaban ¡vivas! en su nombre, no se ahorró comentarios sobre las protestas que desde hace 27 días mantienen bloqueadas las vías de acceso a Tibú, los diálogos que el Gobierno mantiene en La Habana con las Farc y lo que denominó una “esclavitud a los caprichos del gobierno venezolano” por parte de los habitantes de la frontera.

Una de las primeras frases que soltó Uribe ante los periodistas fue: “Percibo una hostilidad en los medios nacionales contra mí”. Según explicó, en el país los medios de comunicación se han ensañado en su contra, afectando su nombre y tratando de empañar su gobierno a como dé lugar.

Acto seguido, sostuvo que la visita a Cúcuta tenía como fin examinar las angustias y las expectativas del departamento en un diálogo abierto, cercano y sincero con la ciudadanía.

Para el expresidente, en los últimos dos años de mandato de Juan Manuel Santos se han “perdido una serie de obras que habían quedado contratadas en mi administración y que este Gobierno no ejecutó ni adicionó el presupuesto que faltaba”.

Según Uribe, la gente del departamento está muy angustiada, pero calla por temor.

“A mí me exigían y a este hombre no (haciendo alusión al presidente Santos). Le dejamos una herencia buena a este hombre y ha habido un descuido que es imperdonable”, expresó.

El exmandatario sostuvo que no descansará hasta lograr consolidar un ideal político, más allá de las elecciones que se avecinan.

“A estas alturas de mi vida y yo metido en esta batalla, que no afronto por ganar unas elecciones, sino para dejarle un vehículo político al país, un equilibrio democrático al cual converjan la seguridad que se ha deteriorado, la inversión que ha sido llenada de dudas, la política social que se ha estancado, el diálogo con las comunidades que fue olvidado y sustituido por el diálogo con el terrorismo”, enfatizó.

Uribe cuestionó duramente el hecho de que el actual gobierno no haya ejecutado una serie de obras que, según él, habían quedado contratadas durante su segundo mandato, haciendo especial énfasis en la construcción de la vía Tibú-El Tarra-Convención-La Mata.

“Dejamos 120.000 millones de pesos para esa vía que este Gobierno no ha ejecutado. ¿Por qué no se han adicionado recursos durante este mandato? ¿Por qué se olvidaron de esa carretera? No es justo que ahora salgan con el anuncio de grandes concesiones para la vía después de que abandonaron la obra por más de dos años”, agregó.

El expresidente arremetió contra el actual Gobierno por la forma en que, a su juicio, abandonó al Catatumbo.

“Cuando hablo con la comunidad del Catatumbo, con sacerdotes, líderes y comunidades cristianas, me dicen que el vacío del Gobierno lo ha capitalizado la guerrilla de las Farc, que presiona a la comunidad constantemente”, indicó.

Incluso, Uribe fue más allá y tocó el tema que por estos días más se comenta, no solo a nivel departamental, sino en todo el país por hacer parte de la mesa de diálogo entre el Gobierno y las Farc en La Habana.

“Están proponiendo una Zona de Reserva Campesina a la que hay que ponerle mucho cuidado porque tienen legislación aparentemente inofensiva, pero realmente son controladas por las Farc. Si se le permite a la guerrilla hacer presencia en estas zonas, se frenará el desarrollo económico y social”, expresó.

Según Uribe, en su gobierno hubo avances notables en esta región del departamento y se sembraron buenas semillas que, sin embargo, “dejaron marchitar”.

“Lo grave de todo esto que está pasando en el Catatumbo es que ahora el liderazgo genuino de los campesinos está atemorizado y suplantado por el liderazgo terrorista de las Farc que le hace un enorme daño a esta zona del país”, enfatizó.

‘Paz sí, sin derogar la democracia’

Frente al tema de la paz, Uribe sostuvo que su Gobierno logró la desmovilización de más de 35.000 paramilitares y 18.000 guerrilleros. “Era una política de seguridad que estaba acompañada de inversión y desarrollo social. Era una política de seguridad que tenía autoridad y ofrecía una desmovilización generosa sin impunidad”, aclaró.

Acto seguido, Uribe expresó que el problema no es el diálogo, sino dialogar deteriorando la seguridad.

“El problema es que se acepte dialogar mientras se siguen asesinando soldados y policías; el problema es que mientras los titulares de prensa hacen la apología de los diálogos de La Habana, haciéndole eco al Gobierno, especialmente en la comunidad internacional, el colombiano de la calle se resiente por el avance de la extorsión, un delito que se ha tomado al país. El problema es que el diálogo no exija el cese de la actividad criminal de manera inmediata”, agregó.

Para el expresidente, los problemas más serios de esos diálogos son la impunidad y la elegibilidad política.

“Si usted me dice que hay un joven que ha lucido el uniforme de las Farc, que ha portado armas pero no ha incurrido en otros delitos y que el precio de la paz es permitirle a ese joven que no vaya a la cárcel y que sea políticamente elegible, yo le digo que sí. Pero si es el Secretariado de las Farc, que ha participado directa o indirectamente en la instalación de carros bomba, en el reclutamiento de niños, en la violación de niñas, en el secuestro y el narcotráfico, la impunidad y la elegibilidad destruyen la democracia y son un mal ejemplo”, afirmó con vehemencia.

Uribe sostuvo que era prácticamente imposible no protestar por el abandono del Gobierno del presidente Santos al sector agropecuario y la negociación sobre el futuro del campo con las Farc en La Habana.

“En esos acuerdos sobre el campo ponen en igualdad de condiciones a los empresarios honestos con los criminales que han despojado tierras”, dijo.

Para Uribe, la apuesta por la paz se debe dar sin derogar la democracia. “Paz sí, pero sin abrirle el camino al castro-chavismo”, puntualizó.

Esclavos de un capricho

Frente al tema de Venezuela, Uribe agregó que tiene que haber un balance, entre unas relaciones internacionales amistosas y la exigencia de que no se proteja al terrorismo.

“A mí me duele mucho escuchar a los comerciantes de Cúcuta que me dicen que ya no tienen a quién venderle porque los venezolanos ya no vienen por ese fracasado socialismo que les ha hecho perder la capacidad adquisitiva. Los habitantes de la frontera deberían poder vivir libres y no expuestos a la esclavitud de los caprichos de los gobiernos. Eso de que el Gobierno de Caracas amanece bravo y cierra las fronteras, es inadmisible”, dijo.

Finalmente, el expresidente Uribe dijo que por ahora no tiene claro los nombres de las personas de la región a los que incluirá en las listas al Congreso, descartando de entrada los comentarios que señalaban un posible acercamiento entre él y la exalcaldesa María Eugenia Riascos.

“Yo no he hablado con María Eugenia, a quien aprecié y ayudé mucho. Yo no sé de dónde salió eso de que ella estará en las listas al Congreso, pues estas no se han armado”, concluyó.

Fuente: El Universal (Colombia)