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Latin America

Opinión: La libertad y sus raíces anglosajonas – por Antonella Salomon Marty

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En uno de los documentos más importantes de la historia – la Declaración de Independencia de Estados Unidos – los norteamericanos se referían a sus adversarios ingleses como “Nuestros hermanos, los habitantes de Gran Bretaña”; mientras que el lema de la revolución mexicana era “Que mueran los españoles”. Esta disimilitud hoy puede tener vastas concepciones y a la vez puede ser capaz de otorgarnos amplias respuestas.

Citando a uno de los liberales latinoamericanos más prestigiosos del siglo XIX, Juan Bautista Alberdi, quizás podamos comprender una parte del dilema: “Washington y sus contemporáneos estaban mas interesados en pelear por sus derechos y libertades individuales que por la simple independencia de su país. Una vez que obtuvieron lo primero, alcanzaron lo ultimo, a diferencia de los países de América del Sur, que ganaron independencia política pero no libertad individual.” (“La omnipotencia del estado” 1880)

A una gran parte de las independencias latinoamericanas les han seguido constituciones cimentadas en los principios establecidos en la Declaración de Independencia de Estados Unidos de 1776 y por consiguiente, en la Constitución Norteamericana de 1787, tal es el caso de Argentina, que en 1853 logro establecer la excepcional Constitución de Juan Bautista Alberdi, notoriamente basada en los derechos individuales, la libertad y un gobierno limitado. Por desgracia, durante los años que le siguieron al establecimiento de la misma y que llegan a la actualidad, en la práctica parece haberse seguido el razonamiento de la Revolución Francesa.

Remontándonos a algunos años atrás, específicamente a 1981, fue el presidente Ronald Reagan quien restauró los principios de los padres fundadores en los Estados Unidos y contribuyó enormemente a la lucha contra el comunismo soviético. Al tomar mandato en 1881 se topó con una economía estancada, con alto desempleo y alta inflación, pero asumió con la meta de revertir los problemas que había heredado. Empero, fue Reagan quien en su primer discurso inaugural defendió la importancia de un gobierno limitado: “En esta crisis actual, el gobierno no es la solución a nuestro problema. El gobierno es el problema… Mi intención no es deshacerme del estado. Es, por el contrario, hacer que funcione; que funcione con nosotros, no sobre nosotros; que este a nuestro lado, no que cabalgue a nuestras espaldas…Es hora de corregir y dar marcha atrás al crecimiento del estado que muestra signos de haber crecido mas allá del consentimiento de los gobernados…”

De este modo, procedió a reducir la inflación a un 1,1%, impulsó la reducción de impuestos, junto a políticas de libre mercado, siempre comprendiendo al individuo y al empresario como los verdaderos propulsores de la economía, consiguiendo de esta forma exitosos resultados en materia de libertad política y económica.

Hoy el punto de partida del mandatario Barack Obama parece ser otro, y hasta en cierto punto, incompatible con los principios de los Padres Fundadores. Desde hace ya algunos años, el gobierno de los Estados Unidos ha comenzado a actuar de la manera en la que lo hacen los países latinoamericanos, recurriendo al gasto gubernamental, a la inflación, al endeudamiento de generaciones, a una mayor cantidad de impuestos, al estatismo y a la famosa “redistribución de la riqueza”. Entre las promesas no cumplidas por el actual mandatario se encuentra aquella en la que promete reducir el déficit a la mitad para el final de su primer mandato.

Penosamente, medidas tales como el programa de salud, el alto costo del intervencionismo militar, la violación a la segunda enmienda -la cual da el derecho a la posesión de armas-, la escasa transparencia de la Reserva Federal con la manipulación de las tasas de interés y la creencia de que la riqueza se obtiene creando dinero fíat, han llevado a un país fundado bajo tres derechos inalienables tales como “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, a un gobierno sin controles ni limites, que al igual que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, se guía por políticas de corte intervencionista y estatista.

Efectivamente fueron los llamados Padres Fundadores quienes instauraron y moldearon en Estados Unidos una sociedad verdaderamente libre, y guiada por lo que podemos llamar un “verdadero capitalismo”, la cual debería comprenderse como un ejemplo para el mundo y a la cual el gobierno del país norteamericano -quien efectivamente se ha alejado de las sendas de la libertad- debería retornar.

Fuente: HACER

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Discussion

One comment for “Opinión: La libertad y sus raíces anglosajonas – por Antonella Salomon Marty”

  1. Muy interesante reflexión sobre el contraste entre independencia y libertad en la historia de AmLat. Los movimientos independentistas latinoamericanos que dieron origen a nuestras naciones (en su acepción moderna) fueron relativamente exitosos en cuanto a su emancipación de las coronas ibéricas, pero su desarrollo dejó mucho que desear en términos de libertad.

    Saludos desde Ciudad de México.

    Posted by Tevye De Lara | February 21, 2013, 3:20 pm

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