En Colombia rechazan un rescate militar y piden la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja para la liberación.

Incertidumbre y agobio. Estos son los dos sentimientos que albergan los familiares de Javier Leandro Ochoa Aguilar y José Antonio Mamani Saico, los dos ciudadanos peruanos secuestrados por el Eln el pasado viernes en Norosí, sur de Bolívar.

El silencio y la poca información suministrada por los gobiernos de Perú y Colombia, sobre el paradero de sus seres queridos, ha alargado una agonía que llevó a ambas familias, habitantes de Arequipa (Perú), a blindarse a la espera de una señal de vida y a aferrarse a la fe para “un desenlace feliz para todos”.

En conversación con El Colombiano, Óscar Ochoa, hermano de Javier Leandro, precisó que la familia decidió mantener el silencio “porque queremos unirnos para esperar las mejores noticias. Por ahora hemos decidido no hablar”.

Caso contrario vive la familia de José Antonio Mamani, quienes argumentaron que saben poco de su ser querido, pero prefieren la reserva de la identidad por seguridad. “No sabemos nada de él. Ninguno de los dos gobiernos se ha manifestado y tampoco hemos recibido exigencia económica de grupo armado”, precisó el pariente de Mamani.

No al rescate militar
Los familiares de los colombianos plagiados en la misma acción del Eln solicitaron evitar un rescate militar y argumentaron que los secuestradores, ante la presión, responden con fuego.

Manuel Batista, hermano de William Batista, expresó que no ha recibido ningún llamado de algún grupo ilegal y que varias organizaciones solicitaron la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja para mediar en la liberación de los plagiados. “Queremos manifestar que solicitamos a las autoridades el respeto por la vida por encima de todo. Estamos en desacuerdo con un rescate militar”, enfatizó Manuel Batista.

Preocupación en Norosí
Luego del secuestro, que el Eln se atribuyó, los trabajadores de varias minas de los corregimientos Casa de Barro y las Brisas, en Norosí, abandonaron sus sitios de trabajo por el temor a una nueva acción del grupo guerrillero. Yomaira Jiménez, secretaria de Gobierno de Norosí, expresó que el temor está latente en la población, “pero hacemos un llamado a la calma porque Policía y Ejército siguen brindando seguridad en la zona”. De “inaceptable” y “justificando secuestro, grave violación de D.H.”, calificó Juan Carlos Pinzón, ministro de Defensa, este acción en el sur de Bolívar, región donde el Eln hace presencia desde hace 40 años.

Fuente: El Colombiano (Colombia)