El gobierno de España anunció su decisión de bloquear las importaciones de biodiesel que llegan desde el país suramericano, lo que generó una nota de protesta de Buenos Aires a la Unión Europea.

A pocos días de cumplir un mes desde que se anunció la expropiación de la petrolera española Repsol, Argentina podría sufrir la primera consecuencia de su decisión. El gobierno español le formalizó a la Unión Europea (UE) su intención de bloquear la importación de biodiesel del país sudamericano, uno de los apartados más fuertes del comercio binacional. Aunque en la petición no se hacen explícitas las razones para argumentar una decisión como estas, para el país suramericano resulta obvio que se trata de una represalia a la medida adoptada por el gobierno de Cristina Fernández.

La Cancillería de argentina envió una carta al director general de Comercio de la UE, Jean Luc De Marty, en la que denota su “gran preocupación” por la decisión de España. El gobierno argumenta que se trata de una iniciativa discriminatoria “que de no ser corregida por la Unión Europea, afectará la mitad de nuestras exportaciones a España o casi el 10% de nuestras exportaciones a la Unión Europea”. El documento dice que una medida de este tipo no debió ser aceptada por la Unión Europea “ya que sería incompatible con los compromisos asumidos por dicho bloque en acuerdos de comercio internacional y con la normativa dictada por la Organización Mundial de Comercio”.

Aún la UE no emite una respuesta a la comunicación enviada desde Buenos Aires, aunque de parte de España ya parece claro que se trata del comienzo de una serie de advertencias que pretenden sentar un precedente con Argentina. El lunes, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, declaró que la nación suramericana se expone a “serias consecuencias” si no paga por la expropiación de Repsol, una compañía que en este momento exige US$ 10.500 millones al Estado argentino por el 51% de sus acciones.

García-Margallo declaró que no ponen en duda la soberanía argentina para nacionalizar alguna empresa para el control de sus recursos energéticos, pero que una decisión de tal magnitud en pleno siglo XIX resulta un error. El ministro se dirigió a los medios en la víspera de su viaje a Brasil, en el que tendrá contacto con representantes del gobierno de Brasilia e intentará conseguir apoyo para repudiar la decisión nacionalizadora de Cristina Fernández. “Tampoco discuto la expropiación si se hace siguiendo el procedimiento establecido en la ley, (…) con una tasación independiente por un órgano independiente. Ahora si expropian, tienen que pagar”, aseguró el canciller europeo.

Cuando García-Margallo se refirió a “serias consecuencias”, dijo que en caso de incumplir, el Banco Mundial podría cortar su financiación a Argentina mientras que el Senado de Estados Unidos podría considerar la expulsión de ese país del grupo del G20.

Fuente: El Espectador (Colombia)