Luego de 21 meses de haber asumido Juan Manuel Santos la primera magistratura de la nación, el país tiene ya bien definido el estilo de su gobierno, la dinámica de su equipo y la efectividad de su gestión.

No creo equivocarme al afirmar que Santos es más dado a cuidar imagen, diplomacia, política en el congreso y relaciones internacionales. Pero para cuidar esa casa que se llama Colombia definitivamente era más juicioso, más aplicado, más presente, más eficiente, más consagrado y más conocedor de los problemas en cada provincia, el expresidente Uribe.

Y en esa diferencia, en sus estilos de trabajo y de gobernar es que se originó el conflicto Uribe – Santos al que hoy se le han sumado ingredientes que tienen que ver con la lealtad personal y con el manejo de la política.

Como el hijo de un padre rico ya fallecido, Santos sabe más que nadie que Uribe lo llevó a la presidencia. Tiene muy claro que esa popularidad con que arrancó su mandato (84%) se la dejó Uribe y que ese país rico, con altas tasas de crecimiento, con el desempleo cercano a un dígito, jugador de grandes ligas en carbón y petróleo, exportador de 45 mil millones de dólares anuales, lleno de inversión extranjera y con los paras desmovilizados y la guerrilla arrinconada es la herencia de su papá Álvaro Uribe sin duda.

El estilo centralista y distante de Santos frente a los problemas del país muestra hoy resultados muy pobres y muy inciertos si se compara con el estilo paisa, madrugador y cansón de Uribe.

El orden público se ensombreció con Santos y su ministro Rivera. La guerrilla tiene hoy fuerte presencia en el 65% del territorio nacional. Las reformas de Santos están enredadas. La de la salud nunca llegó, la reforma a la justicia sigue enredada en el congreso; el fuero para los militares que los tiene “amarrados” tampoco sale. Liquidaron a la DN Estupefacientes pero los 95.000 bienes de la mafia pasaron a otra oficina en minjusticia en manos de los mismos testaferros. Arreglaron el empaque pero no el contenido.

Dos años va a completar la destrucción de Gramalote en Norte de Santander y allí ha ido Santos dos veces; han desfilado varias veces ministros, vice ministros y mil lagartos más y allí no se ha movido una palada de tierra. Mientras Molano, un encopetado burócrata rolo reestudia los contratos de nutrición para los niños pobres hace 3 meses, 700.000 niños están aguantando física hambre. Así es la dinámica Santos.

Según Invamer-Gallup su popularidad está cayendo 1.5 puntos cada mes y anda por el 58%. Si esta tendencia sigue, en un año estará por el 40% ó algo menos en la medida que no llegan las soluciones.

A raíz del escándalo de los Nule, el ministro Cardona de infraestructura para acabar de completar, paralizó todo el plan de insfraestructura de Invías y lo retrasó dos años.

Santos sabe que el Uribismo y de pronto el conservatismo sacarán su candidato presidencial. A lo mejor también se unen alrededor de un solo nombre y eso le preocupa muchísimo viendo su popularidad en franco descenso. Vargas Lleras también tiene serias aspiraciones presidenciales y como tiene mucho prestigio, Santos lo mira con respeto.

El timonazo de Santos arranca con sus 100.000 casas gratis para los más pobres así no tenga hoy recursos para financiarlas y busca revitalizar y apalancar su reelección en el 2014. Nombrar a Vargas Lleras como líder de este ambicioso y revolucionario plan, implicó “cortarle las alas” al ministro Vargas; sus aspiraciones presidenciales quedaron trasladadas para el 2018. Y de paso será un gran aliado en la cruzada para reelegir a Santos.

Luce bien a primera vista como una jugada “Magistral”. Pero al otro lado está el Presidente Uribe reclamando más acción y más compromiso. Los finqueros de la Costa están desesperados con la extorsión y la guerrilla. En los Llanos está ocurriendo el mismo fenómeno; y son 7 departamentos.

El virus del descontento en el país con el “sistema Santos” crece como una pandemia. Ya ha habido reuniones muy grandes de empresarios agricultores y ganaderos con Uribe quejándose del centralismo, la desidia y la poca efectividad de este gobierno.

Dudo mucho que Santos logre contener la caída de su popularidad de esa manera. El país no quiere más anuncios ni más políticas, ni más cuentos chimbos. Los cogió la tarde y no llegan las soluciones.

SOBREMESA. Miren dos preguntas de la gran encuesta Datexco. En estratos bajos 45%, estratos medios 37% y estratos altos 7%.

1. ¿Reelegiría usted a Juan Manuel Santos? Sí lo reelegiría 47%, no lo reelegiría 44%.

2. ¿Cuál ha sido el mejor presidente que usted recuerde en la historia?

a. Álvaro Uribe Vélez 58%

b. Juan Manuel Santos 18%

Con razón está tan angustiado el Presidente Santos.

Fuente: Comentario Digital (Colombia)