¿Cómo puede la sociedad civil de Puerto Rico ayudar a consolidar un rumbo de política económica hacia la libertad y el progreso?

Los hechos que vivimos se determinan por cuatro factores: las ideas, los incentivos, el liderazgo y la providencia o la suerte. Trabajar para lograr consensos ideológicos en el campo de las políticas públicas es esencial. Hay veces en que las circunstancias ayudan a que un líder trate de avanzar en el campo de las reformas más rápido que lo que permite el consenso intelectual y los intereses reinantes. Vi suceder esto en Ecuador, en 1986. Rómulo López Sabando, en ese entonces presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Guayaquil confesaba “¡Qué desastre! Ganamos las elecciones presidenciales con León Febres Cordero”. ¿Estaba loco? ¿No debería estar festejando? Lo que nos estaba diciendo es que la victoria electoral había llegado muy temprano. Eran muy pocos los economistas, empresarios y publicistas con suficiente conocimiento de las ideas y de la forma de implementar soluciones privadas a los problemas públicos.

Otro caso similar fueron las reformas de mercado en Bolivia, durante el período de 1985 al 2005. Bolivia contaba con muy pocos amantes de la libertad de empresa, la mayoría aglutinados en esa admirable sociedad civil de Santa Cruz de la Sierra. En otras regiones el respaldo de la sociedad civil a las reformas de mercado era frágil. El liderazgo de los políticos no fue suficiente para confrontar el mensaje y el accionar del populismo más extremo del actual presidente Evo Morales. La excepción a la regla ya no lo es más y se volvió al camino del totalitarismo económico y político.

Se puede trabajar en el campo de las ideas a través de las universidades y las escuelas, medios periodísticos, asociaciones, y en forma muy especial, a través de los así llamados ‘think tanks’ o centros de estudios públicos. En pocos países se han tenido experiencias tan exitosas como en Chile. Hace poco más de un año se anunció que Chile había entrado en la OECD, el club de países más desarrollados del mundo. Es el primer país sudamericano en acceder a tal lugar. En los índices de libertad económica, Chile ya sobrepasó a Estados Unidos.

Transparencia Internacional y otros estudios que miden la calidad institucional, ponen a Chile entre los primeros 20 países. Los chilenos siguieron el camino de ayudar a cambiar y consolidar las ideas a través de ‘think tanks’, tal como lo hizo el Institute of Economic Affairs de Londres, sin el cual la economía inglesa hubiese seguido en caída libre; y el Instituto Fraser, catalogado hoy como el mejor ‘think tank’ fuera de Estados Unidos, con enorme influencia en Canadá, país que también está sobrepasando a Estados Unidos en libertades económicas y transparencia.

Entre sus institutos, Chile tiene el estupendo Centro de Estudios Públicos, dedicado más al análisis, discusión y publicación, y a Libertad y Desarrollo, que se aboca más a la promoción de políticas concretas. Estos centros son esenciales, como escribió Ludwig von Mises, el gran teórico de la libertad del siglo XX: “La democracia se hace impracticable si los ciudadanos eminentes, los líderes intelectuales de la comunidad, no se encuentran en situación de formar su propia opinión acerca de los principios de programas básicos sociales, económicos y políticos”.

Cuando solo los aliados de la burocracia estatal tienen acceso a la información y a los medios de difusión, es inevitable que emerja “el despotismo, cualesquiera que puedan ser los términos de la constitución y de las leyes”. Los ‘think tanks’ ayudan a prevenir esas debacles. La Universidad de Pensilvania publica todos los años un ‘ranking’ de institutos. Son muchos los centros de Latinoamérica y Estados Unidos que aparecen entre los mejores. Y es en el mundo de habla hispana donde aparece un mayor número de institutos orientados a defender los principios económicos y políticos de la sociedad libre. Por su cultura y ubicación, la sociedad civil de Puerto Rico podría rápidamente reforzar y crear nuevos centros de estudio y de diseño de políticas públicas, independientes del poder político, ganándose un puesto alto en ese ‘ranking’, y ayudar así a consolidar su progreso en libertad.

* Alejandro Chafuen es Presidente de Atlas Economic Research Fountion.

Fuente: Vocero