Cerca de un millón 200.000 votos pusimos en Antioquia para que el actual ocupante del Palacio de Nariño, a título de préstamo o comodato precario, rigiese, con los principios de gobierno aplicados durante ocho años por su antecesor, por cuatro largos años los destinos de un país en recuperación.

En 2002, Colombia estaba en el abismo, debido a las acciones bobaliconas, corruptas e ingenuas de algunos inquilinos anteriores a 2002 de ese Palacio.

Somos muchos los paisas asentados en el territorio nacional y el talante y los principios de franqueza y empuje no se han deteriorado en demasía, a pesar de esas influencias malignas de la marrullería, la pedantería, el farol y todas esas mañas y actitudes engañosas que tienen dentro de su idiosincrasia muchos habitantes de nuestra geografía.

En estos últimos se incluyen los integrantes de una falsa élite del periodismo (no tienen currículo sino prontuario) de la capital que, distorsionando la realidad, pretenden mantener en altos niveles de popularidad a un Presidente que se caracteriza por la deslealtad hacia sus electores e impulsadores.

Estamos verracos por el deterioro de la seguridad; el desmedro de las inversiones en Antioquia; las trabas a todo lo que aquí queremos emprender para el beneficio del departamento y el país; las extorsiones, atentatorias al patrimonio de los antioqueños, a las Empresas Públicas de Medellín para que desarrolle un proyecto en territorio invadido por las acciones que propician los de la izquierda, incluido su brazo armado.

También por el manejo político e interesado que se le está dando a la aplicación de la justicia, en donde todo lo que huela a Uribe es motivo de investigación y condena sumaria o encarcelamiento.

Y seguimos verracos por el talante reactivo, nunca preventivo, de un gobierno ajeno y distante que se entera de paros armados cuando están en ejecución y reacciona con semanas de retraso, haciendo inútiles consejos de seguridad en las zonas afectadas. (Ver el Chocó, Urabá y el Magdalena).

Nos da mucha verraquera que, en aras de mantener buenas relaciones con los patanes vecinos, se propicie el descanso de los narcoguerrilleros en territorios extranjeros.

El resultado son las importaciones de terroristas para proteger la retaguardia de sus columnas guerrilleras en el Cauca.

Nos da verraquera que tengamos empotrados en la rama judicial a una caterva de políticos impartiendo justicia y exigiendo que nuestras Fuerzas Armadas pidan perdón por cumplir con su deber constitucional.

En esa rama del poder público (la Judicial) se concentró el interés de la izquierda para ejercer una de las formas de lucha que tienen dentro de su doctrina.

Postre: El pasado no se cambia, el futuro es una ilusión que se forja con el presente.

Si nuestros gobernantes trabajan con ese principio nos evitamos escándalos y desgastes inútiles y dañinos.

Fuente: El Colombiano (Colombia)

Escuche el audio de la entrevista al ex Presidente Alvaro Uribe Velez en Radio Super Medellin.com: