Esta tarde la niña Candela Rodríguez, de 11 años, apareció brutalmente asesinada. Los argentinos y el mundo nos estremecimos. Candela nos sonríe desde la pantalla de TV. Hay versiones cruzadas. Extorciones telefónicas que ahora salen a la luz, dudas sobre el padre que cumple una condena penal. Por favor, ¿hay algo que justifique el asesinato de una niña? NADA….NADA lo justifica. El crimen es aberrante, el dolor es brutal. Ay Candela!!! Perdónanos, todos nos sentimos responsables de tu vida, de tu seguridad, a vos te han arrebatado la vida, a tus padres a su hija, a la sociedad la confianza, a tus amiguitas su inocencia. No hay derecho que esto pase en argentina, país que se jacta de respetar los “derechos humanos”.
Como la mayoría de los argentinos, me siento conmocionada, asqueada, dolida, incrédula. Un asesinato es siempre un hecho aberrante, inadmisible en cualquier circunstancia. Sólo Dios es dueño de nuestras vidas y aun así, incluso los que tenemos profunda Fe, nos cuestionamos cuando muere un niño y nos cuesta mucho comprender.
Pero lo que es mucho peor, a Candela Rodríguez la mataron, la asfixiaron, la destrozaron. Me estremezco. Se dicen muchas cosas, los rumores que se mantenían por lo bajo, hoy están saliendo a la luz y tomando notoriedad, se está hablando demasiado, los detalles morbosos, las críticas ó sospechas de algunos sobre los propios padres de Candela ó sobre algún entorno conocido por ellos, suenan con fuerza.
A ésta horas de la noche, un grupo fuertemente armado del grupo “Halcon” está haciendo un operativo en la propia casa de Candela. ¿Allanamiento?, ¿Qué está pasando allí?, ¿porqué este operativo en el interior de su casa cuando son casi las dos de la mañana???, ¿hoy se enteran que allí puede haber información importante?, ¿quién habló?, recién hacen esto cuando su cuerpo apareció tirado en una bolsa pobre Candela?
Su papá, preso por tener según dicen, seis causas penales, ha conseguido un permiso para ir a reunirse con la mamá de Candela y escuchar las grabaciones de videos extorsivos para ver que puede aportar.
¿Qué les pasa a nuestros funcionarios?, cómo es posible que una vez que Candela ha muerto recién toman la decisión de llevar al padre a declarar si venían sospechando de algo relacionado con viejas deudas de él?. El país entero se había puesto a disposición de la investigación, no había nadie que no hablara de Candela. La mamá sorpresivamente visitó a la Presidente y se la vio salir confiada y sonriente, diciendo a quien la quisiera oir que contaba con el apoyo de Presidencia de la Nación ¿Y cómo no iba a apoyarla?, si habían secuestrado a su hija de tan sólo 11 años!! Y Cristina Kirchner sabe, que es en buena parte responsabilidad suya porque es la Presidente de los argentinos. Pero, ¿y qué hizo la Presidente?
Reconozco que hay cosas que sorprendían, que llamaban la atención a quienes observábamos y escuchábamos con atención las declaraciones de familiares ante tamaña tragedia los mensajes que enviaban y hasta el tono con el que lo hacían. Pero me pregunto, ¿Quiénes somos para juzgar a la familia de Candela?
Obviamente no se comprende tampoco cómo se organizó su búsqueda durante todos estos días. No se entiende como ya dije que el padre no hubiese hablado antes, que el fiscal o los investigadores no hayan seguido las pistas firmes que al parecer hoy dicen, ya tenían.
Y Candela mientras tanto sigue sonriendo con una dulzura que seduce y que nos convierte a todos un poco en padres de Candela, porque todos tenemos una hija, una sobrina, una nieta, como Candela. Pobre Candela cuanto habrá sufrido, teniendo a su padre preso, sabiendo las presiones que había en su familia, los sufrimientos a los que estaban sometidos. Qué habrá pensado ella de todo esto?. Y qué habrá vivido estos 9 días?, de qué manera habrá sobre llevado su cautiverio y la agresión de sus captores?
Ahora la televisión informa en que esta misma noche puede haber detenidos. Que el auto está identificado, que en cuestión de horas puede quedar esclarecido el hecho. PERO DE QUE SIRVE CUÁNDO ELLA ESTÁ MUERTA?, ¿ALQUIEN VA A DEVOLVERLE LA VIDA A CANDELA? ¿ Y SU HIJA, SU HERMANA, SU AMIGA A LOS QUE LA CONOCÍAN Y CONVIVÍAN CADA DÍA???
Estoy indignada. Estamos indignados todos los argentinos. Ha habido un asesinato brutal en un país en el que reina la impunidad para quienes matan a una niña ó la hacen desaparecer, mientras se gastan millones en los juicios denominados de lesa humanidad.
Como argentina, condeno este asesinato y considero que la estrategia policial falló. Que no es posible que una vez que la mataron recién se empice a hablar de las posibles pistas con tanta fuerza
En cuanto a sus padres….siento que nada nos da derecho a juzgar ni a hablar. Pido encarecidamente que tengamos piedad y que si queremos ayudar a esa familia, recemos mucho por todos ellos. Pero no los juzguemos. Ya demasiado dolor tienen, han perdido a una hija queridísima de una manera injusta y bestial. Acompañemos a los Rodríguez, comprendamos su dolor y no intentemos juzgar nosotros ni muchísimo menos condenarlos.
A la Justicia sí le pedimos mano dura. Dejen de mirar por el espejo retrovisor y que no les tiemble el pulso para condenar a los corruptos. Basta ya de impunidad y de leyes de perdón para quienes violan, asesinan o ultrajan a chicas menores. Esta gente se merece cadena perpetua, lo determinará la justicia, pero hay que ser muy firmes. Es una vergüenza ver como se sigue “persiguiendo” a militares de la década del 70, haciéndolos muchas veces cumplir condena sin siquiera haber sido condenados, degradándolos, humillándolos. MANO DURA PARA LOS CRIMINALES SI, PERO PARA TODOS LOS QUE VIOLAN DERECHOS HUMANOS y como si eso fuera poco, vaya a saber porque macabra razón, ASESINAN A UNA NIÑA
Y a ustedes queridos lectores. NO juzguemos a su familia, no los condenemos sin saber. La muerte de un hijo dicen que es la cosa más dolorosa del mundo, ellos ya lo estarán padeciendo, atormentados además de saber en que les arrebataron su hija premeditadamente. Una chica brillante, abanderada del colegio, querida por todos. Una chica espontánea y solidaria que NADA TENÍA QUE VER EN ESTE ASUNTO DE MAYORES Y QUE GRATUITAMENTE FUE ELEGIDA POR LOS ASESINOS. Haya sido venganza o no.
Candela, tu muerte debe servir para que los argentinos nos unamos y pidamos leyes firmes, garantías, seguridad. Para que exijamos una Justicia proba e independiente que endurezca la mano al máximo para con los pedófilos, degenerados, violadores y asesinos. Pero también debemos pedir para todos ellos, educación y trabajo.
Que sirva Cande para a otras chicas no les suceda lo que a vos y para que el Estado en primer lugar, y todos nosotros, tomemos conciencia de lo que hay que cuidar y proteger a la familia como célula básica de la sociedad.
Candela, te pedimos perdón. Perdón por no haberte encontrado, perdón por juzgar hechos que no conocemos, perdón por no haber exigido que tu padre fuera escuchado en el primer momento, perdón por votar lo que votamos y perdón por no jugarnos con mucha más fuerzas para tener un país mucho mejor.
Nadie dormirá tranquilo en Argentina hoy. Estás en el corazón de cada uno Candela. Tu sonrisa y tu flequillo, nos tiene el corazón partido.
Rezaremos por tus papás, sea como sea, no podemos nosotros juzgarlos, para eso está la Justicia, pero sin duda imaginamos que estarán sufriendo como nunca.
Dios te bendiga chiquita. Que descanses en paz.
Fuente: Periodismo de verdad (Argentina)
Una deuda de $ 60.000 habría sido el motivo por el que secuestraron y mataron a Candela – La Gaceta
El cuerpo de la niña fue arrojado en un baldío, a 35 cuadras de su casa, dos días después de que su familia recibiera un llamado extorsivo. La hipótesis de un ajuste de cuentas contra el padre de la menor cobró relevancia en la últimas horas. La pequeña estaba cubierta en tres bolsas. Intentaron quemar el cadáver.
Con tan sólo 11 años tenía una estrella especial. Siempre estaba de buen humor. Sus maestros recuerdan que cuando llegaba al aula, alegraba a todos sus compañeros. El 22 de agosto, Candela Sol Rodríguez le dio un beso a su mamá, y salió hacia la parroquia del barrio para reunirse con sus amigas scouts. Pero nunca llegó. Ayer, nueve días después, el cuerpo de la niña fue encontrado dentro de una bolsa en un descampado, a unas 35 cuadras de su casa, y las lágrimas estallaron en los ojos de millones de argentinos que sintieron dolor e indignación por el brutal crimen.
Candela vivía con su mamá y dos hermanos en el partido bonaerense de Hurlingham. Era abanderada del colegio EGB Nº 28 “Cartero Bruno Ramírez”. Bailaba tango y hacía teatro. Por sus buenas notas, había obtenido una beca para continuar sus estudios.
El feriado por el fallecimiento de José de San Martín no fue un escollo para que pudiera seguir adelante con sus actividades. A las 15.30, después de almorzar con su familia, Candela se vistió con un pantalón azul de jean, unas zapatillas azules y un tapado de paño negro, y salió hacia la parroquia San Pablo Apóstol, en Villa Tesei, para una reunión del grupo de exploradores al que pertenecía. Llevaba $ 17 en sus bolsillos y su teléfono celular, que estaba fuera de servicio por falta de pago.
Pero nunca llegó. Al terminar la reunión, sus amigas fueron a buscarla a su casa. Su mamá, Carola Labrador, salió a la calle y comenzó una desesperada búsqueda, que sumó la adhesión de numerosos amigos, vecinos y famosos. “A mi hija me la robaron”, afirmó Labrador luego que una vecina contara que escuchó a un auto frenar bruscamente a la misma hora en que desapareció Candela.
Las hipótesis que se manejaron sobre la desaparición de la niña fueron muchas. Se pensó que podía haber sido víctima de una red de trata de personas, o que la habían raptado por un posible ajuste de cuentas hacia su papá, Alfredo Rodríguez, que está preso por un caso de piratería del asfalto.
Aunque la familia de Candela desestimó esta última posibilidad, hace tres días, el teléfono de la casa sonó, y atendió una tía de la menor (ver: “Transcripción…). Desde entonces, la Policía contó con una pista firme que manejaron con hermetismo, y comenzaron intensos allanamientos en villa Costa Esperanza, un asentamiento ubicado cerca del lugar donde desapareció Candela.
Pasadas las 16 de ayer, una cartonera revolvía la basura en un descampado ubicado a la vera del cruce de la avenida Vergara y la colectora del Acceso Oeste, en Hurlingham. De pronto, halló una bolsa plástica azul en la que pudo ver una mano pequeña. Inmediatamente, le avisó a la dueña de un quiosco, ubicado a metros del lugar, y ella llamó al 911. Según les dijo la cartonera, que anoche era interrogada, el cuerpo estaba cubierto en tres bolsas de residuos. “Se veía un brazo que tenía un anillo de fantasía y las uñas pintadas”, relató la comerciante.
Enterada del hallazgo, Labrador subió al auto de un allegado y se dirigió raudamente hacia el lugar. Al llegar, pidió que le abrieran la bolsa, y de inmediato la reconoció: “Me mataron a mi hija, por Dios”, rompió en llanto la mujer. A esa hora, a las 17.45, todo un país comenzó a gritar pidiendo justicia.
El cuerpo habría sido arrojado entre las 13 y las 16 de ayer. Eso se presume luego de la declaración de dos testigos, que afirmaron a la Justicia que estuvieron en el lugar horas antes del mediodía y no vieron nada. Por su parte, un empleado de una fábrica cercana al lugar donde fue hallado el cuerpo, afirmó que vio a unas personas arrojar las bolsas desde un auto, y luego intentaron quemarlas. Según ese testigo, desde el mismo auto luego arrojaron una campera y una remera. La autopsia al cuerpo de Candela se realizaba anoche. Sin embargo, el fiscal Federico Nieva Woodgate adelantó que estaba desnudo, con la cara destrozada, y que la muerte se habría producido unas 36 horas antes del hallazgo.
Anoche ganaba terreno la hipótesis del ajuste de cuentas entre un grupo de delincuentes y algún miembro de su familia. Según trascendió, la suma que el padre debía a unos delincuentes era de $ 60.000. Aunque los investigadores creen haber identificado el auto y a los probables asesinos, la muerte de Candela caló profundo en todo el país, y el clamor de justicia se repite en todos lados.
Transcripción del llamado
-¿Hola?
-Ahora sí que no vas a encontrar nunca a tu hija. Jamás la van a encontrar.
-¿No?
-No, te lo aseguro yo. Hasta que ese conchudo no devuelva la guita, no la van a ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita.
Opiniones:
Ricardo Darín: “La muerte de Candela no puede ser una vuelta de página. Es un crimen atroz y debería significar para toda la ciudadanía un ‘hasta acá’”
María Rachid: “¡Qué tristeza lo de Candela! ¡Qué indignación! ¡Qué impotencia! Espero que la familia encuentre la fuerza para seguir adelante”.
Gabriela Toscano: “A no olvidar. Candela nos hizo recordar que hay más chicos, mujeres y hombres desaparecidos, que la búsqueda no termine”.
Daniel Passarella: “Me pongo a disposición con mi esposa para lo que necesite. Nosotros pasamos por ese momento y sabemos lo que es”.
Guillermo Francella: “Que descanse en paz Candela. Esto no queda acá. Queremos respuestas de quienes nos representan…”.
Facundo Arana: “Queremos una respuesta coherente del crimen, escuchar a alguien que nos represente y nos diga qué se va a hacer de ahora en más”.
Fuente. La Gaceta (Argentina)
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