Hay quienes aseguran que Pedro Carmona Estanga tuvo en sus manos el cambiar la historia del país. Sin embargo, pocos saben a ciencia cierta, qué hizo que su barco naufragara … más allá de especulaciones o deducciones muchas veces sin asidero real. Desde la máxima dirección de la cúpula empresarial, estableció vínculos horizontales con el poder sindical – para entonces fuerte en demasía – y protagonizó hechos que hoy cada quien analiza desde la acera en que se encuentre y con la óptica de cada uno de los lados del odio en que parece unos y otros militan. Académico, empresario, ha guardado prudente silencio para “no comprometer a quien no merece”. Se define como un hombre de fe. Cree que la unidad es un requisito necesario, pero no suficiente. Que la oposición ha subestimado al gobernante.
Extraña la Patria, el hijo único, los nietos, los amigos, el entorno. Hoy distingue entre la amistad verdadera y la oportunista. Piensa que habrá chance de dar a conocer los detalles de la historia. Hace algún tiempo conversamos en Bogotá. Allí le señalé lo necesario de contar su versión de los hechos. En aquella oportunidad me indicó que no era el momento, porque aún había heridas que iban a dificultar la comprensión. Hace unas semanas insistí, esta vez sobre temas de actualidad y logré que este protagonista de hechos que consecuenciaron parte de lo que hoy somos – para bien o para mal, dependiendo de la óptica de cada quien – conversara conmigo y con ustedes, sobre tópicos de los que todo venezolano debe tener opinión. Esta vez, accedió gentilmente:
VMB – ¿Engañado o equivocado?
PCE – Un poco de ambos. Aunque cuando se ha actuado de buena fe, sin otra motivación que tratar de salvar la democracia venezolana cuando era posible, puede uno dormir tranquilo sabiendo que no se fue cobarde o indiferente en momentos cruciales. Decía Chopin: “Toda dificultad eludida, se convierte más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo”.
VMB – ¿Vale la pena sacrificar la familia por la política?
PCE – Ni por la política, ni por tratar de cumplir con retos y responsabilidades profesionales, más allá de lo posible y razonable.
VMB – ¿Se le puede cambiar la cara a la política en el país?
PCE – Se puede y se debe. Y no se hará sino actuando con pulcritud administrativa, y sin propósitos distintos a gobernar para todos, privilegiando los intereses nacionales. No es admisible colocar instituciones y recursos de la nación al servicio de una parcialidad política, ni cohonestar la corrupción mirando hacia un costado.
VMB – Chávez… ¿Malabarista? ¿Encantador de serpientes?
PCE – Es un hombre de habilidades natas como comunicador, sin escrúpulos en utilizar el engaño y la mentira como armas fundamentales para aferrarse al poder, o para aplastar al adversario político. Es curioso cómo el discurso presidencial invita al país a validar la arbitrariedad, la viveza en el abuso de poder y el uso de los recursos del Estado sin control, o la siembra de antivalores como la chabacanería, la infamia, tratando de identificarse con los más pobres, sin que a ellos se le resuelvan sus problemas más sentidos. Pero así son los caudillos mesiánicos: necesitan de los pobres para subyugarlos, haciéndolos depender cada vez más de su mano, ni siquiera del Estado, al que se quiere convertir en macrocefálico y omnipotente. Sobre su personalidad, bien decía Séneca: “El ser humano se expresa como piensa; piensa como es; es como siente; y siente como está educado”.
VMB – Chávez tiene vigencia… ¿por lo que ha hecho… o por lo que ha dejado de hacer la oposición?
PCE – El balance de gobierno de Chávez es pobrísimo, ante la magnitud del poder político y económico detentado. Ha tenido el control absoluto y ha recibido en 13 años más recursos que en los 187 años previos de existencia como República. ¿Dónde están las obras? La ineficiencia, la falta de realizaciones, la corrupción, son un hecho público y notorio. Pero no es menos cierto que la oposición, y de ello no me excluyo, subestimó al gobernante, fue tolerante… ha cedido ante el poder económico y la capacidad de intimidación del régimen, cometiendo muchos errores en la búsqueda de la alternabilidad.
VMB – ¿Fedecámaras ha dejado de ser lo que fue en sus manos?
PCE – Toda etapa en la institución cúpula empresarial es diferente y responde a estilos y circunstancias históricas particulares. Lo único no negociable, es la razón misma de ser de Fedecámaras: la defensa de los principios de la libre empresa, la libre iniciativa, la propiedad privada, y la democracia.
VMB – La mesa… ¿plataforma o lugar de apaciguamientos no definitivos?
PCE – Un lugar necesario para asegurar la unidad de las fuerzas opositoras ante un gobierno autocrático, que se ha deslegitimado. Con todo, la unidad es un requisito necesario pero no suficiente. Hay que construir un proyecto de país alternativo convincente, y denunciar sin complejos el fraude electoral y el golpe de Estado progresivo y continuado impulsado por el régimen, expresado en flagrantes atropellos al Estado de Derecho y la criminalización de la disidencia.
VMB – De ser electo algún opositor, podrá gobernar con un equipo con concepciones tan diversas como Copei, AD, Bandera Roja?
PCE – La única forma de asegurar la gobernabilidad después de Chávez, será mediante un gran acuerdo nacional, más sólido aún que lo que en su momento fue el Pacto de Punto Fijo. Los problemas serán gravísimos: reconciliación, reconstrucción institucional, desarme, desmonte de la anarquía y el enguerrillamiento, reordenamiento de la economía, y hacer entender a la población que sólo se puede salir adelante con educación y trabajo.
VMB – ¿Los medios ocupan hoy día un espacio que no les corresponde?
PCE – No. El espacio libre a los medios de comunicación, es la única garantía a la libertad de expresión y al control social a los abusos de los gobernantes. Unos medios amordazados sólo sirven a los designios de las dictaduras.
VMB – ¿Quién le hizo más daño a los partidos tradicionales, Chávez o aquellos que no dejaron surgir una generación de relevo?
PCE – Los que no avizoraron la necesidad de impulsar y abrir camino a la generación de relevo. Por ello, corresponderá a los jóvenes asumir la posta en momentos complejos para la sufrida Venezuela, contando sí con de la experiencia de los mayores.
VMB – Caldera… ¿cómo cree que lo juzgará la historia?
PCE – Como un demócrata a carta cabal, político culto, gran laboralista, cuyos errores principales tuvieron que ver con el sobreseimiento de la causa a los golpistas de 1992, y en no creer en la sucesión de Eduardo Fernández y Oswaldo Álvarez Paz.
VMB – Pérez… ¿suficiente castigo el infierno a que le han sometido sus familias?
PCE – Fue un luchador democrático, con virtudes y defectos. Se le juzgó y destituyó por hechos que lucen como juego de niños ante los desmanes del actual gobierno. Y él lo aceptó cívicamente. Me remito al libro “La rebelión de los náufragos” de Mirta Rivero, que revela entretelones de la gran conspiración contra Pérez, con un alto costo político para el país que estamos pagando, y que fue un regalo en bandeja de plata para los golpistas de 1992.
VMB – Betancourt… ¿el único sobreviviente como ejemplo?
PCE – Por algo se le llama el Padre de la Democracia. Betancourt fue un dirigente honesto, fundó un partido policlasista, que se identificaba con el pueblo, luchó por la democracia en la región, y combatió con mano firme a las conspiraciones de extrema derecha o de extrema izquierda.
VMB – ¿Es un hombre de fe?
PCE – Definitivamente. Si no tuviese una sólida formación moral y religiosa, no habría tenido asideros espirituales para hacer frente con fortaleza a no pocas adversidades, ni exhibiría con orgullo una trayectoria de vida limpia, que constituye el principal capital de mi vida.
VMB – ¿Existe el castigo divino?
PCE – Sin duda. Para algunos en la propia tierra, para otros en el momento en que Dios tome cuenta del balance de actuación en este mundo, que no es sino el tránsito hacia una vida trascendente.
VMB – ¿Sigue creyendo en la amistad?
PCE – Sí. La amistad es la sal de la vida. Pero hay que distinguir entre la amistad verdadera y la oportunista, determinada por intereses y circunstancias.
VMB – ¿Cómo piensa que le juzgará la historia?
PCE – Mi Blog www.pcarmonae.blogspot.com, en el cual reflexiono sobre temas de interés, concluye con el proverbio: “Para la verdad el tiempo, para la justicia Dios”. Nunca la actuación pública de un ser humano puede ser juzgada cuando los acontecimientos están aún en desarrollo.
VMB – ¿De qué se arrepiente?
PCE – De que se haya perdido un momento único, quizás por no estar alerta a lo frágil de la condición humana, con inclinación a las falsas promesas, a no asumir responsabilidades, o a escurrirse cuando las cosas no resultan como se esperaba. Bien decía Napoleón Bonaparte: “La victoria tiene cien padres, la derrota es huérfana”.
VMB – ¿Cómo se definiría?
PCE – Activo, sencillo, familiar, honesto, responsable y disciplinado, pero no exento de humanos errores. Me gusta estudiar, y no ha llegado el día en que deje de hacerlo. No puedo estar desocupado. Trabajo aún de sol a sol. El año pasado concluí un Doctorado en Economía tras años de esfuerzos, antes hice una Especialización, con distinciones, y actualmente concluyo una Maestría.
VMB – ¿Qué extraña?
PCE – La patria, los amigos, la lejanía de mi único hijo único y de mis adorados nietecitos, que viven en Canadá. Nunca habría imaginado que mi tercera edad transcurriría en el exilio, viendo a mi amada patria destruida por la insaciable sed de poder de un grupo gobernante. Y eso es doloroso.
VMB – ¿Dónde se ve en los próximos años?
PCE – Si bien Colombia ha sido una segunda patria, generosa y hospitalaria, más temprano que tarde deseo regresar al país que a todos nos pertenece, no con ambiciones, sino a reencontrarme con mi gente, mis raíces, y ayudar como un soldado raso a reconstruir una nación que quedará en las cenizas, y que requerirá el aporte de todos sus hijos, hoy dispersos por el mundo.
Fuente: El Informador (Venezuela)
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